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Chicago, EU de A, 6 de July, 2012.
Maestro Proloteo.
Tema: “Disertación acerca del Prejuicio”

Recibido por Valdir Soares.

Proloteo: “Tomemos esta oportunidad para examinar un tema más bien delicado: el Prejuicio. Por definición, el prejuicio es un pre-juicio. Significa que tienes una opinión previamente formada acerca de algo, es decir, una opinión concebida antes de la adquisición del conocimiento experiencial real. Por ejemplo, dices que los mangos saben mal, pero nunca has comido uno. Desde cierta perspectiva, es beneficioso para los seres humanos el ser capaces de formar una opinión sin experimentar realmente ciertos fenómenos. Por ejemplo, no necesitas tratar de atravesar caminando una pared sólida para saber que no puedes hacer eso, y para saber que si lo intentas, te lastimarás. La habilidad de juzgar las situaciones sin necesariamente experimentarlas, es un rasgo característico de la Personalidad. Aún así, este juicio solo sería válido si la información que reuniste para llegar a tal conclusión, fuera correcta; de no ser así, inevitablemente te guiará hacia una conclusión equivocada. En ese caso, el problema no es que hayas llegado a un pre-juicio, sino el que te hayas basado en información equivocada, insuficiente o imprecisa.

“El Prejuicio generalmente es acerca de las personas, y usualmente implica un razonamiento que contiene tres puntos: información equivocada, insuficiente e imprecisa. Cuando juzgas a las personas con base en su apariencia o estereotipo, estás actuando con prejuicio hacia ellas. Los contextos más comunes en donde emerge el prejuicio son: raza, color, edad, sexo, apariencia y estatus socio-económico. Es una equivoación formarse una opinión de las personas excusivamente en base a estos aspectos, pues no pueden proporcionarte ninguna información sobre su carácter. Por otra parte, es imposible que seres inteligentes se relacionen con otros sin formarse una opinión de ellos; todas las personas a quienes conoces (colectiva o individualmente) tienen algo que manifestar; esto ayuda a que te relaciones con esta persona o grupo. Aún así, no deberías usar esta evaluación para juzgar el carácter (‘no juzgues’, dijo el Maestro, ‘para que no seas juzgado’), sino para conocer mejor a las personas, y para encontrar formas para amarlas mejor. El problema no es saber si una persona es de cierto color, edad, hombre o mujer, obesa o delgada, rica o pobre. El problema es cómo usas esta información, como un medio para una mejor ministerio de amor, y no para esparcir el odio.

“El Padre en el cielo no hace distinción entre las personas, lo cual significa: Quien seas o lo que hagas no hace la diferencia para Dios, pues con respecto a tu identidad, es suficiente para el Padre saber que tú eres Su hijo o hija. Tus decisiones, elecciones y acciones son aquellas que muestran cómo percibes el amor de Dios. Él nunca deja de amarte, aún si dejaras de amarlo a Él. De cualquier manera, Dios es infinitamente perfecto. Tú, en Urantia, en el mejor de los casos apenas estás iniciando tu viaje hacia la perfección. Los seres imperfectos son capaces de mostrar prejuicios porque tienen información limitada y una limitada capacidad para manejar esta información. Por lo tanto, la cura para el prejuicio es un proceso experiencial, progresivo e incluso sujeto a recaídas. A pesar de esto, el antídoto contra el prejuicio es muy conocido. Se trata simplemente del amor incondicional. Así que, ama a las personas tal como te amas a tí mismo, y las tratarás tal como desearías ser tratado: sin prejuicios.

“Cuando el amor es tu objetivo, no hay cabida para el prejuicio. Yo soy Proloteo, siempre contento de expandir estos conceptos para ti. Mi amor está contigo.”

Traducido por Perla Téllez Garza.

© Grupo de Progreso 11:11.
Trata de salirte de las sombras poco a poco — AP.