Aclarando las cosas.
Desde el escritoio de George Barnard.
En uno de mis viajes a Estados Unidos (2000, 2001 y 2002) me encontré con un grupo no afiliado de Enseñanzas de Urantia, basado en la costa oeste de Estados Unidos, cuyo receptor de mensajes celestiales es, en mi opinión, irreprochable en comunicaciones celestiales, por parte del grupo.
A través de este receptor, hablé con Maquiventa Melquizedek acerca de nuestra gran escasez de Intermedios Secundarios, y le pedí que de alguna manera hiciera los números para concedernos un complemento completo de 50,000 de esos valiosos ayudantes del mundo. Nuestro Príncipe Planetario contestó que ya estaban listos 150,000 para comenzar a trabajar en Urantia, y que uno de ellos estaba sentado en mi rodilla mientras hablaba. ¡En efecto! Meses después, en Australia, me encontré con el Intermedio Mateo de 3 pies de altura, completamente aclimatado, proveniente de un mundo mayor y más avanzado en Nebadon, para ayudarnos en nuestro planeta.
La semana anterior se dio a conocer a este grupo de la costa oeste, que un Hijo Magisterial llamado Monjóronson (no Monjorónson, que sería mal acentuado) vendría a este mundo. La semana siguiente, cuando viajé para reunirme con el grupo, hablamos con Maquiventa, como ya he dicho, y también con el compañero del Hijo Magisterial en la misión de Urantia, que en broma nos permitió llamarle ‘George’… solo en ese momento.
‘George’ nos hizo reír mucho, pero tal vez tuvo sus razones para guardar su nombre para sí mismo –tal vez para no menoscabar la eventual misión de su superior, Monjóronson.
No hubo ‘quizás’ ni ‘tal vez’ acerca del momento del anuncio. En primer lugar, el grupo de la costa oeste tenía uno de los más fieles receptores que podría ser 100% confiable para dar la noticia del Hijo Magisterial, sin afectar la transmisión por dudas del receptor. En segundo lugar, este grupo era privado, no afiliado, y es muy poco probable que diera a conocer ampliamente las noticias sobre Monjóronson.
Sin embargo, en tercer lugar, el Progreso 11:11 ya tenía una lista de lectores más grande que cualquier otra organización, y lo más importante, los opositores de siempre no podían contradecir a cualquiera o a todos los demás lectores en la lista de Progreso 11:11 escribiendo en esta. Su aportación habría sido censurada y los celestiales lo sabían.
Mientras tanto, ahora mismo en 2017, la gente sigue preguntando, ‘¿Cuándo estará aquí?’ En la opinión de este escritor, él ya está aquí, encontrando sus pies, haciendo sus conexiones y esperando todavía algunos años para tomar su hace tanto tiempo prevista posición ordenada por el Paraíso.
Este escritor no es el único con esa opinión.
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
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