Chicago, EE.UU., 5 de agosto de 2014.
Intermedio Tomás.
Tema: “Las guerras son obsoletas.”

Recibido por Valdir Soares.

Intermedio Tomás: “En los mundos del tiempo y el espacio, los Dioses están trabajando en una nueva clase de perfección, diferente a la perfección decretada por Dios, tal como es revelada en los Hijos e Hijas celestiales del Universo Central. En sus vastos reinos del tiempo y espacio, los Dioses están jugando el juego de la evolución, a partir de la imperfección en el más bajo nivel de la vida animal, y evolucionando a través de la experiencia para convertirse en los seres perfeccionados que engrosan el Cuerpo de la Finalidad en el Paraíso. Ciertamente, la evolución es altamente eficaz, pero a veces muy difícil de comprender. Entre estos obscuros aspectos de la evolución, las guerras tal vez sean lo más desconcertante para los seres humanos.

“El origen de las guerras son los conflictos, en donde sobreviven los más aptos para superar un ambiente adverso y a otros competidores. En Urantia, los primates fueron la especie que habría de alcanzar un estado evolutivo que indicara al Padre Universal el otorgamiento de su personalidad humana. Los conflictos, que hicieron posible el ascenso de la raza humana, también se convirtieron en un factor para su propio mejoramiento. Las guerras entre los humanos primitivos se arraigaron en la naturaleza humana e incluso se les esperaba. La aparición de las seis razas de color en todos los mundos evolutivos fue diseñada para que la beligerancia natural del instinto humano sirviera para su propio progreso.

“La evolución por sí misma no es la intención de Dios para con los mundos evolutivos. Sin la participación divina, los seres evolutivos, en el mejor de los casos, serían animales superiores, pero a fin de cuentas animales sin libre voluntad –esclavos de una causalidad ancestral. La evolución es un método divino para dar vida en los dominios de los Migueles –los Hijos Creadores de Dios. El gobierno espiritual y la mejora racial provistos por los sistemas locales del universo, intervinieron y condujeron la evolución más allá del nivel animal, para producir la descendencia espiritual de Dios. Los Hijos del universo local hacen avanzar a los seres humanos en esa dirección, pues durante cada dispensación se enseña a la humanidad a amarse unos a otros al hacer la voluntad del Padre.

“Vuestras experiencias en el pasado muestran que los conflictos locales son guerras mundiales potenciales. Aliarse con países que apoyen a uno u otro contrincante en un conflicto local, eleva el riesgo de escalarlo a un nivel mundial. Las razones humanitarias son nobles, pero no son efectivas para detener las guerras. Remplácenlas con razones éticas que muestren que, además de innecesarias, las guerras son crueles, inmorales y hasta suicidas para vuestra civilización. ¿Acaso han perdido totalmente vuestra confianza en el poder del diálogo, que ya les ha funcionado en el pasado, y que es mucho más efectivo que las bombas?

“Soy Tomás, feliz de impartir esta lección. Recuerden las palabras que dieron la bienvenida a nuestro Maestro en este mundo: ‘Paz y buena voluntad para toda la humanidad en la tierra’.”

Traducido por Perla Téllez Garza.

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