‘La perspectiva más elevada’ de P. P. Mentori.
Toormina, Australia, 6 de julio de 2001

Re-editada, Illawarra, Australia, 22 de septiembre de 2002.

Él es un Príncipe Planetario recién nombrado con el nombre de Mentori. Casi en el mismo momento de su llegada al mundo evolutivo de su promoción, acudió para saludarlo una antigua Maestra Ascendida, ahora re-descendida a los reinos del espacio/tiempo. Ella fue anteriormente mortal, procedente de un pequeño planeta en Satania que todos en Urantia conocemos. Nuestra ‘laboriosa mujer’ se llama, con razón, ‘Urantja’.

Ella es una Embajadora del Paraíso, y es de nuestras razas.

La antigua mortal

“Las reglas siguen siendo las mismas, Hermano Mentori. Los decretos de lo Alto siempre permanecerán sin cambio”, dice la antigua Ciudadana del Paraíso con el nombre de Urantja. “Ninguna de las eternas, duras y rápidas leyes del Paraíso han sido alteradas en el Universo de Universos del Tiempo/Espacio, incluso antes o desde que fui descendiente de padres animales en el planeta al cual felizmente todavía llamo mi atesorado hogar.”

La Ciudadana del Paraíso, de cabello blanco –recientemente nombrada Embajadora del Paraíso y Asesora del Príncipe Planetario de este planeta experimental número 411 del Universo Exterior 1807–, hace una pausa. Parece que necesita hacer una respiración profunda antes de continuar, a pesar de que no hay necesidad de que respire en absoluto. Ella parece suspirar, aunque los desgarradores traumas de su existencia terrenal ahora estén tan lejanos.

“Ella continúa la conversación, con calma, o aparentemente así, pero está profundamente estresada y muy aprensiva. Ella está aquí, en el 411, para completar la misión más importante de su vida eterna, y lo sabe. Estos son los temores animales ocultos que durante mucho tiempo pensó haber dejado atrás.

“Le pido, Príncipe mío, que reconsidere su propuesta de acelerar la abolición de la esclavitud de los Sangiks Secundarios. Mi presencia aquí solo tiene el propósito de agregar mi comprensión empírica a su gran cantidad de creación y justicia como Soberano Planetario. Pero mi cita con su personal puede ser oportuna para eludir las dificultades prospectivas basadas en la evolución innata.”

“Dinos, ¿cuál es tu planeta?”, responde el Príncipe.

“Es pequeño, azul, marrón, blanco y verde: el 606 experimental de un sistema una vez profundamente atribulado en el Séptimo Universo de Prueba Interior que rodea directamente al Paraíso. Su nombre es Urantia. Hubo una rebelión en el Sistema. Entonces, nuestro Príncipe Planetario fue uno de los muchos que traicionaron a sus cargas mortales y existenciales. Además de todo ello, nuestra pareja adámica se encontró en una situación casi desesperada, y fracasó. Pero el Soberano/Creador del Sistema hizo de nuestro mundo el lugar para Su otorgamiento final y, por lo tanto, nosotros, los de ese planeta azul, Hermano Mentori, verdaderamente fuimos los más honrados de todos los súbditos/hermanos/hermanas de sus 10,000,000 de mundos.”

“¿Hace cuánto tiempo, hermana Urantja, viviste tu vida animal? Y, dime, ¿cuál fue la causa de la rebelión del sistema? Necesito saber aún más acerca de la traición de tu mundo.”

“El orgullo, hermano Mentori. El orgullo fue la razón de la rebelión en primer lugar. La impaciencia fue la causa de la traición de nuestro Príncipe Planetario, y por lo tanto de las masas mortales y celestiales. Ahora responderé tu primera pregunta. Han pasado solo catorce mil millones de años del tiempo de mi planeta desde la fusión con el Ajustador, y el progreso posterior me convirtió en una Ciudadana del Paraíso.”

“¿Y el recuento de daños por la traición?”, pregunta Mentori.

“Un retraso al por mayor de todos los programas planetarios. Un retraso mayor del intelecto, de los valores morales y de la espiritualidad, para los hijos e hijas de la fe, en esos planetas afectados por las deslealtades de los Príncipes Planetarios. Sus nombres, los de los Príncipes Planetarios, ya no se conocen más. A la mayoría de los Celestiales de menor rango les fue un poco mejor, pero no mucho. Algunas de las personalidades que se conservaron firmes, hoy son casi veneradas.”

El eminente Príncipe

Mentori se estremece. “Hubo más de diez mil de mi orden que solicitaron el cargo que ahora tengo”, responde. Fui juzgado como el maestro más adecuado, con mayor conocimiento y elocuencia de entre todos ellos. Y aquí estoy, apenas asentado en mi nueva tarea, y siento que rápidamente conozco a un mejor maestro de lo que alguna vez podría ser.”

“Hermana Urantja, en confianza ahora”, sugiere un aparentemente preocupado Mentori, “sé consciente de mi gran aprecio por ti y por tu oportuna misión, mi querida amiga. Aunque supuestamente superé a diez mil de mi familia espiritual, percibo en ti a una inigualable maestra en mi reino, en mi orden, entre mis conocidos durante incontables millones de años. Me has transmitido el mensaje de que me he vuelto demasiado orgulloso, pero no lo dijiste. Me has informado que estoy impaciente, pero no heriste mis sentimientos. Nosotros, los de nuestra orden creada, estamos realmente bien informados, pero nos falta casi toda la experiencia del espacio/tiempo. Te agradezco, Urantja, con todo mi corazón, y me sentiría muy honrado si consideras que soy tu siempre agradecido amigo, y que me acompañes esta tarde en adoración.”

Mentori duda, pero solo momentáneamente, y luego parece asegurarse de que la antigua mortal es confiable, explícitamente. “Trabajamos, Urantja, durante milenios y milenios para recibir el otorgamiento de la mente suprema de nuestra Madre. De nuevo, trabajamos durante eones para ganar nuestro Regalo del Padre Paradisiaco. Fui impaciente, sí, impaciente, lo confieso, y egoísta, antes de cualquier otra cosa. Te agradezco por traer a mi atención a esta gran deficiencia de carácter.”

“¿Qué hará con la situación de los Sangiks Secundarios?”, pregunta ella.

“Asegurarme de que reciban un trato justo”, responde Mentori. “Estaba muy preocupado de que fueran maltratados. Preocupado porque los mejores de sus razas fueron reclamados por los Sangiks primarios, y algunos otros... bueno... simplemente fueron masacrados.”

“¿Qué hay de la abolición de la esclavitud, Mentori?

“Dejaré que la evolución lo decida. Pero enseñaré amor y misericordia.”

“Mi querido amigo”, responde Urantja, “me acabas de dar tu palabra. Y al darme tu palabra ahora puedo informarte de lo que ya se sabe en el Paraíso. Tu decisión de dejar que la evolución siga su curso, junto con tu decisión de no tener tu nombre acuñado en el registro del Paraíso, ya ha resuelto innumerables dificultades que mi planeta natal ha sufrido tanto, desde hace tanto tiempo.”

“Urantja, encuentro eso muy difícil de…”

“¿Creer? Mi visita a tus costas ha sido la tarea más importante de toda mi carrera en el universo. Las dificultades, de acuerdo con los potenciales calculados del Paraíso, derivadas de la liberación prematura de la esclavitud de tus Sangik Secundarios, habrían persistido durante casi cuatro millones de años en el tiempo de tu planeta. Puedo decirte esto con seguridad, porque ahora ya no sucederá. Te alegrará saber que los registros muestran que durante el resto de tu carrera planetaria, no estarás tentado a desviarte del plan de estudios claramente trazado por el Paraíso. Mentori, querido mío, querido hermano, tu nombre ha sido ingresado en los registros del Paraíso. Eres Mentori, el Inquebrantable, y en el Paraíso todos saben que solo vacilaste una vez para instigar en este planeta los grandes planes de los asuntos universales del Padre.”

“Te agradezco, querida Hermana, por informármelo.”

“Fue mi tarea y placer, Hermano Mentori. Los registros del Paraíso muestran que serás, que eres y que siempre fuiste, un sabio maestro a lo largo de tu extenso período de servicio en este número 411 del Universo Exterior 1807. Los registros muestran que recibiste el Regalo Mental de tu Madre, y que la fusión con el Regalo del Padre fue cumplida. No puedo decirte nada más. Debes tener fe acerca del momento de estos eventos, Mentori.”

Urantia

Los dos pasan una hora en adoración y meditación. Mentori aprende mucho sobre la traición Urantiana. Él también se encuentra más ansioso por aprender más acerca de su futuro eterno. Urantja también está ansiosa por decirle todo lo que sabe, pero ya se ha hablado la última palabra sobre el tema. La ex mortal de Urantia había sido informada detalladamente sobre lo que podía transmitirse y lo que debía seguir siendo un secreto paradisiaco. Siempre existiría el peligro de que Mentori se volviera complaciente y se saboteara a sí mismo. Ella es una mortal probada en rebelión y ascendida, a quien se le ha confiado esa importante tarea. Urantja ha tenido éxito en llevarla a cabo, tal como sus Superiores del Paraíso sabían que lo haría.

“Cuéntame sobre el 606 experimental de Satania, hermana mía”, sugiere Mentori.

“Hubo grandes pérdidas en nuestro mundo. Para algunos, la existencia en un planeta tan atrasado se hizo demasiado difícil de soportar. Sí, hubo muchas, muchas pérdidas entre los mortales retrógrados.”

Por un momento, la de blanco cabello Urantja se queda callada, luego vuelve a hablar. “En esos catorce mil millones de años, la mayoría de nuestros 10,000,000 de mundos de Miguel se han convertido en verdaderas obras maestras de Luz y Vida. Su mundo de auto-otorgamiento se ha convertido en un lugar turístico intergaláctico para todas las especies imaginables. Pero sus ciudadanos mortales fusionados se extienden a lo largo y ancho de su miríada de universos del espacio exterior. Los urantianos son embajadores, docentes, planificadores, y como han tenido un comienzo tan difícil en la vida, se les valora como nueces duras de roer en circunstancias críticas, cruciales y controvertidas. Los urantianos son eminentemente confiables.”

“Comprendí desde muy temprana edad”, continúa Urantja, “que todos los hijos de Dios son los mismos en su Raíz espiritual. Las cosas que uno aprende de la manera más dura son valiosas para todos. Las mayores recompensas llegan a aquellos que confían y creen sin importar qué tan difíciles se vuelvan las cosas.”

Mentori suspira. “Aquellos de mi orden fácilmente podrían estar celosos de las grandes ventajas que ahora disfrutan los ex mortales. No tenemos estas ventajas, pero a menudo deseamos estar en sus lugares de prueba y tribulación para disfrutar del maravilloso Regalo de la vida eterna garantizada que tan rápidamente reciben. Sin embargo, pocos de ustedes aceptan las fenomenales oportunidades que se les brindan, una y otra vez. Simplemente no entiendo.”

“Yo sí acepté la oportunidad”, le asegura Urantja con una sonrisa.

“¿Cuán grandes fueron las repercusiones de la traición del Príncipe?”, pregunta Mentori. “Quizás debería reformular eso. ¿Cuánto tiempo transcurrió hasta que los errores del Príncipe fueron totalmente rectificados?”

“Apenas dos millones de años de nuestro tiempo en Urantia. Eso equivale a solo un millón de tu tiempo. Fue una mera bagatela de daños, en comparación con todo lo bueno que se hizo, y seguirá haciendo, en miles de universos aún por nacer. El Paraíso ya ha contado las ganancias pasadas y futuras, Mentori.”

“¿Bien? ¿Y qué es, Urantja?

“Una incomprensible cantidad de amor, belleza y bondad fue generada involuntariamente como un subproducto de esos actos... incomprensible, hermano mío. Solo el Padre sabe cuánto. Nosotros, de nuestra parte –por parte de los ex mortales–, sabemos que el Hijo del Supremo Planetario de Urantia, y solo a través de nuestras contribuciones, se ha convertido en uno de los mayores contribuyentes en los Siete Universos de Prueba. ¡Qué experiencia! ¡Qué conocimiento! ¡Qué sabiduría! Semejante habilidad para prever, anticipar y bloquear futuros sucesos no deseados. Y todo ello es para el mejoramiento de los Universos de Prueba, y más aún para las decenas de miles de universos organizadores periféricos del espacio profundo.”

“Fue un tema polémico para mí”, suspira Mentori, “en el sentido de que parecía haber habido muy poco progreso en este enorme mundo, y durante incontables e interminables siglos. Pero entiendo que la evolución guiada, y no la evolución forzada, debe ser mi camino. Diles a mis superiores que tendré fe en los resultados de la desesperada situación en mi planeta, hermana Urantja.”

“Deseo ‘que te vaya bien’, Hermano Mentori”, responde Urantja. “Debo aprender cuál y dónde será mi próximo proyecto.”

Notas del 6 de julio de 2001:

Este es George Barnard. Normalmente no me interesa la ficción. Hay, en mi opinión, suficientes ‘acontecimientos maravillosos y extraños’ en nuestros universos para que tengamos que preocuparnos por la ficción. Personalmente, de forma innata me desagrada la ficción. Y aun así…

La escritura adjunta comenzó alrededor de las 8 pm el 5 de julio de 2001. Se completó el 6 de julio de 2001. Y por cada hora que trabajé en ella, la edité y la reedité, con alguien del Pelotón 11:11 a mi lado, incitándome. Parece que lo querían y ofrecí mis servicios voluntarios.

Posiblemente, el tiempo de demora entre el séptimo auto-otorgamiento de Miguel y el ‘Tiempo de Corrección 2,000 años después’, para algunos sea ‘un contencioso problema’. También, quizás, nuestra falta de voluntad de ser guiados por nuestros Ajustadores deba mencionarse aquí.

Yo, personalmente, me reservo mi opinión sobre todo esto. Hice lo que me dijeron, simplemente eso, nada más.

Notas del 22 de septiembre de 2002:

Me notificaron que el ‘contencioso problema’ fue intuido por un artesano celestial, y a pesar de mi aversión por la ficción, se considera que hay un mensaje importante allí. El Intermedio Mateo y yo acabamos de volver a editarlo todo. Ahora casi todo está en tiempo presente.

Dios los bendiga a ustedes y a los suyos... George.



Comentario de un suscriptor - 22/septiembre/2002

WOW!! George y Mateo: ¡qué pieza!

Mensajes como este son TAN importantes para nosotros, para escuchar y reflexionar. Muchos de nosotros, contemplativos cósmicos, pensamos mucho acerca de la Rebelión de Lucifer, hablamos sobre ella, nos preguntamos sobre ella y, a veces, nos quejamos de que el LU nos ha dado muy poca información sobre lo que sucedió exactamente y el espectro completo de las consecuencias.

Así como dijo Urantja en la historia mencionada, para muchos ‘la existencia en un planeta tan atrasado se hizo demasiado difícil de soportar’: muchas almas se perdieron e incluso ahora, según escucho, muchos continúan eligiendo la extinción en lugar de continuar. Las decepciones, el desaliento y la desesperanza son demasiado profundos como para que la fe pueda sobrevivir. Y todavía hay mucha ira en este mundo... enojo hacia Dios por permitir que prevalezcan condiciones tan intolerables en este mundo. Millones de corazones han expresado profundos agravios contra Dios por su aparente indiferencia y pasividad frente a tanto terrible e inmerecido sufrimiento.

Muchos de nosotros hemos encontrado que es difícil perdonar a Dios porque realmente no captamos la perspectiva más elevada. En la oscuridad, nuestra visión nos falla. Historias como esta ayudan a aclarar el malentendido y la falta de confianza que ha crecido entre nosotros y Dios como resultado de la Rebelión. Ayudan a sanar la brecha entre Dios y nuestro mundo.

Gracias por esta entrega, y gracias a la Musa Celestial que lo inspiró. Amor y luz para todos, siempre,

Krista

Traducido por Perla Téllez Garza.

© Grupo de Progreso 11:11.
Por siempre, al servicio de Miguel.

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