“Es una Promesa”

Peter Crighton había sido editor por muchos años. Ahora es un editor independiente, exitoso y ha mantenido una imprenta por mucho tiempo. El tiene alrededor de cincuenta años de edad.

Sentado enfrente a mi escritorio, él luce sorprendido, pensativo y aparentemente convencido de que “este tipo George Barnard” perdió la cordura hace mucho tiempo. Crighton ha hojeado una docena de páginas de uno de mis manuscritos 11:11. “Yo sólo soy una persona promedio”, me dijo. “Estuve casado durante veintinueve años. Tuve tres hijos y una hija. Voy a la iglesia con mi familia todos los domingos, y nunca...” Hizo una pausa y me dio otra mirada de ‘este pobre loco’ “...nunca, ni una sola vez he experimentado ni remotamente en mi vida estas cosas misteriosas, psíquicas, espirituales y bastante extrañas”.

“Tu vida va a cambiar” le dije, preguntándome de dónde había surgido tal idea. “Algo totalmente extraordinario va a suceder”, agregué. “Es una promesa”.

Ahora se que mis amigos los Espíritus Guardianes estaban trabajando y ellos hicieron que yo dijera esas palabras.

Crighton señaló el manuscrito. “Esto es demasiado”, me dijo. “No creo que haya mucha gente que crea lo que escribes. ¡Lo que necesito es una prueba de esto!”

“Hazme saber cuando algo espiritual te suceda, Peter. Ya tienes mi número telefónico. Esto podría tomar sólo unos dos o tres días”.

Ningún Huevo Sobre En Mi Rostro

Peter Crighton se retiró, y estuve preguntando con afán a los 1.111 Espíritus Guardianes si ellos había hecho que yo dijera estas cosas, y ellos me aseguraron que pronto habría un milagro menor. Yo consideraba a aquel padre de cuatro adultos jóvenes como un contacto importante con el cual me gustaría hacer algún tipo de negocio.

Aunque los Espíritus Guardianes con frecuencia me hacen decir cosas, esto fue importante por los acontecimientos que pronto sucederían. Yo no quería ningún huevo sobre mi rostro. Y además, la fe de este religioso asistente a la iglesia podría verse fortalecida cuando algo “fuera de este mundo” pudiera llegar y dentro del tiempo establecido.

Dos días después Peter Crighton me telefoneó. Algo había sucedido, que le había sido dado prueba suficiente de que realmente fue a “continuación”. La prueba había llegado en la forma de mensaje a través de una jovencita de trece años y escrita una pocas horas antes de que ella muriera como resultado de un ataque epiléptico masivo.

Crighton me envió una copia del escrito de la jovencita por correo electrónico.

A continuación el escrito de la niña.

No te retrases. KOMERLI.

ESTA HISTORIA FUE ESCRITA POR KATHRYN, ALREDEDOR DE OCHO HORAS ANTES DE SU MUERTE SÚBITA E INESPERADA.

“JUVENTUD ETERNA”.

Escuché el sonido de una campana. Quise mirar hacia fuera de mi ventana. Vi en la siguiente puerta una ventana con luz; entonces escuché un estruendo. Luego miré las más increíbles cosas que tú no podías imaginar sucedieran. Chispas de colores alegres brillaron fuera de la ventana de la puerta que está junto a la mía. Lo sentí como si fuera mágico; fue algo así como un impulso. Me hicieron correr desde mi cama hacia el cuarto donde venían los resplandores de luz.

Mientras yo entraba no podía ver nada porque el cuarto estaba demasiado brillante, pero escuché esto, “El timbre en tu dedo izquierdo es para regresar, sólo di casa y te llevará de regreso a ella. El timbre en tu dedo derecho es para continuar, sólo di continuar y así será”. Entonces con una ráfaga de humo yo me desvanecí. Pocos minutos después me encontré a mi misma en un lugar que se veía muy aburrido y poco atractivo, pero repentinamente sucedió una cosa extraña. Apareció un gran león dorado y comenzó a cantar.

De su boca salieron hermosos sonidos. Entonces pastos, árboles, montañas, arroyos, flores y animales surgieron de la nada y la tierra parecía el paraíso. Luego el león cantó algo más y gente pequeña comenzó a aparecer. Pronto hubo una villa entera de gente joven. Entonces me armé de valor y me acerqué al león. Luego yo dije, “Aquí estoy. ¿Quién eres tu?”

“Yo soy Komerli, el león de la juventud y tu estás, querida mía, en la tierra de la juventud eterna, donde nadie crece más allá de los veinte años. ¿Podría preguntarte qué estás haciendo aquí en mi tierra?”

“Bueno Señor, me desperté, miré fuera de la ventana de mi habitación y observé algunas luces de colores alegres. Mientras observaba esto, algo me hizo correr desde mi habitación a la puerta del cuarto siguiente. Cuando entré, no podía ver nada, pero escuché esto, 'el timbre en tu dedo derecho es para continuar'”.

“Mmmmmm”, dijo el león. “¿Deseas estar aquí sólo por un tiempo o quieres regresar a casa?”

Por un tiempo – pensé – y dije, “Qué puedo perder, si puedo estar aquí. ¿Está bien, Señor?”

“Sí, pero no me sigas llamando Señor. Llámame Komerli. ¿Esta bien? Ven, busquemos un lugar para ti”.

Mientras caminábamos juntos, yo dije, “¿Komerli, puedo traer a mi familia aquí?”

“Déjame pensarlo. Pregúntame eso después. ¿Está bien?”

ESCRITO POR KATHRYN MARY MURRAY
13 AÑOS DE EDAD.

Traducido por Miguel Ángel Duran-Lopez.

© Grupo de Progreso 11:11. 
Que el Amor prevalezca en la Tierra.