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Métodos de Curación – Una Historia.
Desde el escritorio de George Barnard – Septiembre 14, 2009.
Hace unos pocos dias alguien en la Lista del Progreso quiso unirse a uno de nuestros Grupos de Sanación del 11:11 (nosotros los llamamos grupos de oración), y quería saber cómo sanar a alguien. Todavía no he respondido a esa inquisición porque no supe cómo responder de inmediato. Hoy que salí a las tiendas a conseguir las cosas de las cosas que estaban en mi lista, pensé detenidamente en cómo empezó todo.
Esta noche finalmente ‘junté todo en mi mente’ y puedo ver mas claramente que mis ‘episodios de curación’ no solamente ocurrieron – estos evolucionaron, muy lentamente, de una forma casi desapercibida.
Durante muchos años como estudiante de primaria yo cuidaba a muchos animales enfermos y heridos. A la mayoría de ellos los solté a sus ambientes silvestres y a las mascotas las regresaba a sus dueños. Perdí muy pocos animales, pero nunca se me ocurrió pensar en que realmente yo estaba haciendo curaciones. Claro, algo estaba sucediendo, pero sentí que era mi intuición la que me decía lo que ellos necesitaban comer o beber y lo resguardado que tenía que estar el lugar donde se recuperaban.
Después, cuando mis hijos estaban pequeños todavía, me ‘llevaban sus lesiones’. Solamente tocarlos parecía ser que los calmaba, pero para mi apenas era un esfuerzo de curación (salvo algunas notables excepciones que fueron rápidamente olvidadas). Para mi mente no estaba ocurriendo mucho, excepto ‘dispensar’ alguna simpatía necesaria. Sorprendentemente, hubo veces que las visitas de mis hijos también iban a mi con sus dolores… ignorando a sus madres.
Fuese lo que fuese en aquel tiempo – quizás alguna forma de curación utilizada en los animales y mucho mas tarde en niños pequeños – no se volvió claro para mi, aún cuando junto con mis Amigos los Intermedios logramos algunas asombrosas curaciones. Solamente esta tarde, cuando finalmente consideré responder la pregunta pertinente, fue que consideré la posibilidad de que hay una asociación entre aquellas experiencias anteriores y las mas recientes, involucrado profesionalmente por décadas.
En estos días uso una rutina estructurada de meditación para encontrarme con mis pacientes al nivel del alma, pero con frecuencia abruptamente ‘me encuentro la presencia-alma’ de cualquiera que necesita ayuda. Es claro, sin embargo, lo que sucede realmente es que nosotros como sanadores canalizamos a nuestros pacientes la energía de curación que nosotros mismos recibimos. Nada especial. !Todos podemos hacerlo, estoy seguro!
Y si, gracias, obtuve todos los artículos que salí a comprar.
Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
Has encendido una Luz y esa Luz se convertirá
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El Camino Summerland.
Desde el Escritorio de George Barnard – 16 de julio, 2009.
Haciendo reminiscencia de casi 65 años de estar recibiendo de corazón sugerencias de los Intermedios, lo que ocurrió (realmente, lo que desafortunadamente no ocurrió) en el Camino hacia Summerland en 1990 sobresale como quizás nuestro único gran y total fallo de comunicaciones entre especies en aquellos años.
Pienso que los efectos que sufrí después de haber recibido un severo ataque en la calle en 1987, causándome mucho daño en la médula espinal, fue la razón de sentirme tan fatigado, muy frecuentemente, tan confundido y de haber fallado en el significado real de los variados avisos que se me dieron.
Una tarde, dos hombres jóvenes en un viejo vehículo grande recogieron a una joven pareja en el Camino Summerland. A unas pocas millas el joven fue apuñalado de muerte, la joven fue secuestrada y aprisionada por el conductor y su compañero, y lo que le hicieron a ella no fue nada bueno. A continuación se encuentra una aproximación de lo que documenté a fines de 1992.
Una Vil Falla.
(Del el manuscrito que todavía está por publicarse, Por la Gracia del 11:11).
Al único hijo de Barnard le interesaba convertirse en un reparador de problemas en la industria. El daño causado a su padre en uno de esos proyectos de rescate en una compañía, no le atraía. El hijo decidió que sería un especialista de las artes marciales, al igual que un reparador de problemas. Parecía tener el talento para ambas cosas.
George Mathieu generalmente después de las horas de trabajo llevaba al joven al lugar del Karate y luego lo recogía.
Tarde por la noche ellos iban camino a casa cuando Barnard divisó lo que parecía ser una gigante fibra de telaraña extendida enfrente del camino al nivel del parabrisas. La vio demasiado tarde y condujo directamente a través de esta. Luego detuvo el carro.
“¿Viste eso, hijo?” preguntó él.
“Tenía mis ojos cerrados, papá. Estoy exhausto,” replicó el muchacho. “Estaba dormido, creo.”
“Había esta gran fibra aplastada de algo plateado a través del camino,” le dijo Barnard, “pero la araña que pudo haber tejido tal telaraña podría ser de unos diez pies de alto. La vi demasiado tarde, pasé y la rompí, creo. Me pregunto qué era realmente”.
Por un momento Barnard consideró investigar el extraño fenómeno. Luego decidió llevar a casa al muchacho. Realmente era muy tarde para que el niño todavía anduviera fuera.
Unos meses más tarde, la policía acordonó esa precisa área. El cuerpo de hombre joven había sido descubierto allí. Barnard no puso atención al aviso. El rastro del asesino estaba perdido, bien perdido. Si la alerta había llegado del Once-Once, su estudiante había tenido una vil falla aquella noche. La comunicación era casi inexistente durante ese período de cura por haber sido atacado y el extraño método que había sido aplicado – una gruesa fibra plateada – no había sido usado previamente. Aunque, Barnard podría haber ido fácilmente a investigar ese mismo lugar el día después de haber visto la fibra plateada. Fue una negligencia de él no haber hecho eso.
¿Eres tú un Sanador?
Lo Que Nos Depara el Futuro.
Hace algunos meses nos pidieron los Mentori que juntáramos un grupo de sanadores. Así lo hicimos y con la ayuda de los Mentori y los Intermedios, han ocurrido algunas curaciones extraordinarias. No se nos ha pedido ayudar ni por los Intermedios, ni por los Mentori, acerca de las personas desaparecidas. Sin embargo, entre los miles de suscritos en el 11:11 y los muchos lectores de nuestros sitios de Internet y las listas de seguimiento, ya estamos obligados a tener, a ser capaces de atraer o incluso entrenar, a todos los videntes remotos y zahoríes que necesitamos.
En este menesteroso mundo, tal trabajo detectivesco estaría en la arena del progreso y los Intermedios y los Mentori seguramente asistirían.
Y esto es solamente un pequeño pensamiento de George Barnard.
Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
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“En La Arena Del Progreso” – Parte Dos.
Desde el Escritorio de George Barnard – 15 de julio, 2009.
En este universo local, y presumiblemente en todos los siete superuniversos, los únicos grupos de ángeles que tienden ocasionalmente a oponerse los unos a los otros son aquellos de “las Iglesias”, y los del “Progreso”.
Los Ángeles de las Iglesias quieren mantener las ideas sagradas y los entendimientos espirituales a como están ahora, ya que los cambios rápidos bien pueden alterar a las varios ‘montones de creencias’. Los Ángeles del Progreso están empujando para el avance espiritual, reglas de ética y conducta moral. Esas descripciones bien podrían ser una simplificación de los que son de las iglesias y desde luego los del Progreso.
La necesidad de progreso se aplica a muchas áreas de esfuerzos – ciencia, medicina, educación, vida familiar, las artes y el entretenimiento, sin dejar pasar la política (honesta). Todo eso bien puede pertenecer a la arena del Progreso, ya sea directamente o quizás en forma general. Sería mas correcto expresar que el Progreso predomina en las ciencias, la medicina, la educación y otras cosas.
Recientemente en forma relativa fuimos alentados a reunir un gran grupo de sanadores de toda clase de trabajo con los súper inteligentes Mentori. Eso no significa un cambio de dirección para nosotros, sino que solamente fue algo que se nos hubiese dado hace unos diez años si… hubiésemos estado listos para eso. Lógicamente, se pregunta uno, bien, ¿ahora que sigue? Tienen nuestra atención.
Le dejo al lector que el resolver crimes y encontrar gente pérdida, bien podría de alguna forma estar dentro ‘de la arena del Progreso’ para así trabajar con nuestros Amigos Celestiales y llegar al fondo de esos asuntos, tres eventos me vienen a la mente.
(1)—Era alrdedor de 1990 cuando los Intermedios me dieron una tarea, pero las instrucciones no fueron muy claras. Yo fallé por no haber investigado el asunto, por no haber alertado a la policía local y el trabajo se dejó sin terminar.
(2)—Hace unos 5 o 6 años alguien interesado en trabajar con los Intermedios afirma que realmente escuchó a unos de los 1,111 haber mencionado el nombre de “George Barnard” y al buscar en google encontró al Grupo Progreso 11:11. En aquél tiempo consideré que la declaración de que había escuchado mi nombre había sido por medio de un Intermedio y pensé, “¡Si, claro!” Pero parece que tal vez si ocurrió así.
(3)—Durante estas últimas semanas pasadas me he estado escribiendo con una persona que ha tenido contacto celestial (posiblemente con el Ajustador del Pensamiento) por un buen tiempo y remotamente ya ha resuelto algunos casos de personas perdidas. ¡Vaya! A esa persona también le dieron mi nombre y simplemente buscó en Google a “George Barnard”.
Son los primeros días. La persona mencionada en el artículo (3) y yo estamos pensando sobre la posibilidad de que la policía “mate al mensajero” cuando en conjunción con los Intermedios y/o Mentoris, una persona es encontrada, especialmente, Dios no lo quiera, después de ser demasiado tarde. Aquí hay que ponerse a pensar…
Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
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“En La Arena Del Progreso” – Parte Uno.
Desde el Escritorio de George Barnard – 14 de julio, 2009.
Los Maestros Celestiales con frecuencia son cuidadosos al presentarse. En muchos casos su ‘personalidad escogida’ – estudiante novato o un canalizador de mensajes novato – rechazará sin control al Maestro y su mente humana puede que se cierre permanentemente a todas las otras peticiones celestiales de contacto inter-especies.
Aquellos de ustedes que han estado en la lista del 11:11 conocen a Samuel el Panoptiano – verdaderamente mi Maestro mas cauteloso. Después de todo, Samuel fue nombrado para servir por lo menos con cuatro Intermedios y solamente un humano y el “humano Barnard” perfectamente podría ver al nuevo Maestro como un intruso y quizás hasta decirle que no lo necesitaba. Samuel sabiamente se tomó su tiempo para ser presentado por el 1,111.
A comienzos de 1990 escuchaba muy insistentemente “Sam, Sam, Sam”. Poco después se convirtió fuertemente en “Samuel, Samuel, Samuel”. Después aprendería que él había sido empleado en la agricultura y la horticultura, pero no fue hasta muchísimo mas tarde que vi su laboratorio, su planeta y conocí a ese planeta como Panoptia. Samuel no había sido un simple agricultor; Samuel había sido y todavía lo es, me imagino, uno de los mas célebres ingenieros genéticos de un planeta bastante famoso.
Las palabras llegaban fuerte y claramente, “¡Panoptia, Panoptia, Panoptia!” Habían buenas razones por las voces sonoras, la repetición y para que la información llegara de pedacito en pedacito sobre un extenso período de tiempo. Yo creía que los Intermedios formaban parte de mi grupo personal 11:11 y que éramos ‘un grupo inter-especies independiente’. Cualquier otro Celestial bien podría preocuparse de ser visto por mi como un entrometido en el trabajo de una organización ya establecida y en aquél tiempo, casi con seguridad habría sido el caso. Era muy celoso de mi grupo, éramos exitosos, interactuando casi diariamente y un recién llegado podría arruinarlo todo.
Evidentemente, un receptor regular de mensajes celestiales siempre debería de aceptar a un nuevo Maestro con un corazón sincero y saludándolo afectuosamente. Sin embargo, Mi grupo Progreso era el Batallón de Emergencia 11:11, el cual trataba casi exclusivamente con individuos sufriendo de trastornos de estrés postraumático y aquellos que tenían tendecias suicidas. Era una organización inter-especies de muchos años y era algo que debía de ser guardado celosamente. Sin duda alguna, salvar las vidas de pacientes a veces profundamente deprimidos y suicidas con seguridad era algo que se miraba como estar en la arena del progreso.
Solo retrospectivamente es que entiendo totalmente el por qué los Intermedios me presentaron a Samuel con tanto cuidado. Ellos conocían mejor al socio humano que él a sí mismo y sabían que el mortal era lo suficientemente caprichoso como para mandar rápidamente al entrometido Celestial que siguiera su camino.
Nota: Después de esta publicación, seguirá: “En la Arena del Progreso” – Parte Dos.
Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
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Milagros Bajo Presión 2.
Desde el Escritorio de George Barnard – 16 de abril, 2009.
En algún momento en 1973 o 1974, le pregunté al Intermedio, ABC-22, por qué había escogido él ser mi ‘Espíritu Guardián’. Él respondió, “¡Tú nos escogistes!” Necesitaba pensar acerca de su respuesta por un rato, luego recordé cuando yo había solicitado ayuda celestial para resolver un problema persistente. El Intermedio estaba en lo correcto. Su memoria era mejor que la mía y realmente yo los había escogido.
Meses mas tarde, le pregunté por qué estaba yo experimentando muchos diferentes fenómenos psíquicos. Él dijo, “Tú no eres un especialista”. Sabía que los Intermedios habían trabajado con Blaise Pascal. Ellos entendían que Pascal era un especialista en matemáticas y filosofía. ABC-22 lo aclaró diciendo, “¿Qué ensenarás si no experimentas toda la gama de lo que es posible?”
Me pregunté qué clase de ‘maestro’ sería. Decidí que me daría cuenta en el momento adecuado. Semanas mas tarde, un miembro de mi familia se laceró su mano derecha en botella quebrada. Era una cortada muy fea que tiraba sangre por toda la pared y el piso de la cocina. Estaba histérica, totalmente fuera de control.
Le pegué un grito, ‘¡siéntate en esa silla!’ Así lo hizo y le dije, “ahora duerme”. Al reclinar su cabeza hacia delante, le dije, “El flujo de sangre se detendrá en tu muñeca”. Lentamente su mano se volvió pálida, casi blanca y en los próximos cinco minutos o mas, gentilmente le ajusté nuevamente esa profunda cortada de cuatro pulgadas que cruzaba a través de los tres pequeños huesitos en la palma de la mano. Alinié todos las pequeñas ranuras en la piel de su palma, alisando la herida.
Estuve repitiendo, “Se ligará. Se unirá. Se pegará y ni siquiera habrá una cicatriz”. Finalmente yo estaba convencido de que realmente se había unido porque sentí una punzada de seguridad de que así era y dije, “Ahora, lentamente deja que la sangre regrese a tu mano. Ni siquiera serás capaz de ver una cicatriz”. En minutos su mano lentamente se volvía rosada nuevamente. Dije, “Puedes despertar ahora. Estoy ocupado. Estaré en la clínica por un rato”.
Me senté en la silla reclinable de mis pacientes por un rato, respirando profundamente y preguntándome cómo pude haber estado tan seguro de que todo ‘se había pegado’ como lo hizo y por qué había actuado tan instinctivamente de la forma que lo hice. Pensé que había ocurrido un milagro, porque bajo tal presión no había tenido tiempo de recordar que solamente era un ser humano.
Ninugumo de nuestros amigos Intermedio comentarían. Ellos no habían tomado parte en eso, pero les garantizo, que todos nosotros tenemos esas habilidades de curar.
Y solamente es un pequeño pensamiento de George Barnard.
Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
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