Un Ajustador del Pensamiento Habla—129—1º. de diciembre, 2003.
Querido mío, es con reverencia y con esperanza que vienes a Mí y al Esperarme, Me encuentras. Porque todo aquel que busca, encuentra.
Ese descubrimiento tiene mucho que ver con la buena disposición y la sinceridad del alma. Es como un dial de la radio, buscas por cierta estación para revivir un sonido que has escuchado anteriormente. Primero tienes que cortar a través de mucha estática y cacofonía que está a tu alrededor y en tu interior, hasta que oyes un eco débil de cierto sonido de música.
Tu corazón reconoce eso como el sonido que ha estado buscando y un filamento comienzo a resonar con ese sonido tan lejano y aun tan cerca, por el reconocimiento.
Ese Sonido Celestial reside en tu alma. Es la batuta del Maestro Conductor que está despertándote. Él está esperando que toques Su música en las cuerdas de tu corazón.
Empieza a practicar el sonido que la harás en perfección en el coro de las Alturas.
Todos y cada uno tiene su tono de música dentro de su corazón y de alguna manera espera ansiosamente su momento de hacer su propio sonido en el coro. Mientras tanto para estar listo, comienza a escuchar por el distante tap-tap-tap de la batuta que está en las manos del Maestro Conductor.
Eso, amado Mío, es lo que estás practicando y mientras mas te vuelvas al interior a escuchar, mas puro se volverá el sonido, porque tu oído se está afinando el mismo con una mayor concentración.
Tu dedicación y atención en escuchar es el mayor regalo que puedes darle a tu Maestro Conductor, para que Él pueda darte mas y mas claras instrucciones de cómo conducir tu vida, para que tu nota individual pueda volverse mas clara y mas pura a los oídos del Dios Todopoderoso.
Ven, vamos a practicar mas, porque Yo, Quien vive dentro de ti, Soy tu Maestro Conductor.
Perdiéndote a ti mismo, Me ganarás – AP.