El Verdadero Propósito de la Vida.
Un Ajustador del Pensamiento Habla—212—23 de febrero del 2004.

Querido mío, muy pocos viven por medio de la fe que ellos realmente poseen y de lo que son capaces.  En verdad es correcto que cuando Jesús caminó sobre el planeta e hizo que milagros ocurrieran, fue la fe de ellos lo que lo hizo por completo.

Sin embargo, y este es el secreto, la mayoría de ellos regresaron a su estilo de vida anterior y entonces la enfermedad de la cual se habían curado, se manifestaba nuevamente.  La auto-curación es innata cuando permites que la alegría del Espíritu domine tu vida, incluyendo tus comportamientos y con la adecuada alimentación.

Es tu templo corporal el que da morada a tu eterno espíritu y el que necesita la nutrición apropiada. Incluido en eso está el aire fresco y la luz del sol.  El consumo diario de químicos y otros venenos no son la respuesta.

Por un momento, piensa sobre hasta dónde este precioso planeta ha sido envenenado en manos de pocos y debido a su avaricia.  El punto de saturación está peligrosamente cerca, ya que muchas personas están muriendo de enfermedades innecesarias de la mente y el cuerpo, causados por toda esta contaminación.  Y cuando se enferman, ellos se enferman más todavía por más químicos, con los cuales el sistema inmune no está equipado para aguantar.

El Creador les dio la luz del sol, el aire puro y las hierbas, incluyendo los frutos de los campos y los árboles para comer.

Pero las preciosas mentes se envenenan ellas mismas con planes nefarios de cómo volverse rico, sin un solo pensamiento acerca de los efectos que producen en sus hermanos y hermanas.  Todo esto necesita ser dicho para que entonces la humanidad pueda aprender en dónde es que están errando.

La intención del Creador fue que todos ustedes fueran los cuidadores de este bello jardín planetario y esa intención será manifestada en tiempos por venir.  Mientras tanto la humanidad está recogiendo una terrible cosecha de enfermedades.

Este es el momento oportuno para que la humanidad despierte al verdadero propósito de la vida.  Encontrar a Dios en su interior y desarrollar nuestra fe-confianza en Su amor incondicional, aprendiendo a amarnos a nosotros mismos y los unos a los otros y producir los frutos del espíritu en un servicio amoroso.

Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
Perdiéndote a ti mismo, Me ganarás – AP.