Un Ajustador del Pensamiento Habla – 245 – 25 de marzo del 2004.
Querido mío, el del Poder de Dios y ejercer el mismo, depende totalmente en la fe del receptor y en la limpieza y pureza de ese recipiente. El reconocimiento de tu propia insuficiencia, la continua modestia y la humildad, es lo que te hace útil y estar listo para ser cedido en las manos del Creador.
Tiene mucho que ver con un continuo crecimiento espiritual desde la niñez hasta la madurez espiritual, hasta donde pueda ser alcanzado en este plano terrenal. El ancho abismo entre la niñez y la madurez adulta es separado solamente por una experiencia de fe creciente.
Un gradual número de exaltadas reuniones con el Espíritu y experiencias de fe espiritual, desarrollarán exponencialmente tu alma, aunque ese crecimiento nunca será visible a los ojos materiales. Solamente puede ser percibido a través de los ojos del espíritu. Sólo los frutos del espíritu son visibles manifestaciones en el mundo externo.
Tal madurez en el alma hace que se esté en paz entre el caos del mundo y esa fragrante paz está teniendo un efecto calmante sobre el ambiente inmediato, aunque nadie se de cuenta de lo que realmente está sucediendo.
El crecimiento espiritual, como el crecimiento físico es totalmente inconsciente, pero puede notarse en retrospectiva. Es automático en el sentido solamente cuando un mortal desarrolla una medida mayor de fe-confianza y tolerancia hacia sus hermanos humanos, sin importar la raza, credo o color, cuando puede ser amoroso, cortés, tolerante y amistoso hacia todos, ya que eso demuestra una cierta madurez y un logro de auto-maestría sobre tendencias negativas.
Ese, amado Mío, es el camino a la madurez interna y espiritual en el cual te haría que camines, pero como siempre, tus elecciones y decisiones reinan principalmente, hasta ese entonces, cuando completamente puedas decir: “Que no se haga mi voluntad, sino la Tuya.”
Has encendido una Luz y es Luz se convertirá en un Fuego Deslumbrante—ABC-22.