Perdonando Y Olvidando.
Un Ajustador del Pensamiento Habla – 263 – 13 de abril del 2004.

Querido mío, hablemos del perdón.  Practicar el perdón con una comprensión de compasión hacia el perpetrador en el momento que el acto ocurre, es verdaderamente divino.  Tal manifestación es inspiración del Cielo.

Uno entre todos ustedes llegó a dominar eso muy bien mientras estuvo en la carne.  Jesús hizo todo eso mientras fue un humano.  Él llegó a dominar tal profundo nivel de entendimiento durante Su vida en la carne cuando dijo, “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” mientras estaba siendo clavado a la cruz.  Por esa razón, él verdaderamente puede ser llamado el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios.

Él vino como un indefenso bebé y durante su crecimiento Él experimentó muchas privaciones cuando a la tierna edad de ni siquiera los catorce años, Su padre José murió por causa de un accidente laboral.  Jesús, siendo el hijo mayor, tuvo que tomar el lugar de cabeza de familia de siete hermanos y hermanas.  En aquél tiempo, el menor todavía no había nacido.  Todo eso lo preparó para Su vida como Sanador y colmar a todas las almas que buscaban por una mejor vida.

Una vida fácil a duras penas prepara a un mortal para una vida en búsqueda de Dios o una vida para amar a Dios.  Son las vicisitudes de la vida las que impulsan a un mortal hacia los aguardadores y cariñosos brazos de Dios.

Es en la vida interior y reflexiva donde el verdadero crecimiento del alma ocurre, al desarrollarse el deseo de vivir de acuerdo a los planes divinos, los cuales fueron, “plantados” en ti en el momento de tu concepción.  Ese el tercer factor decisivo en ese momento para el comienzo de una nueva vida, cuando el huevo y el esperma se unen.

Eso ha tenido muy poca comprensión en este planeta, esos futuros padres son creadores con Dios.  Nunca subestimes el poder de la creatividad de ese factor divino, el cual sin ningún error te atrae hacia el paraíso si así lo deseas.

Todo depende de tu buena voluntad de ser guiado en hacer la voluntad del Padre y responder a Su mandato para volverte perfecto, así como Él es perfecto.  Así que con el tiempo, tú aprenderás a decir, ‘¿Cuál es hoy para mí, la Voluntad del Padre?’  Al seguir esa orientación interior de Mí, tu Ayudante invisible, aprenderás que la forma de Dios es mucho mejor que la tuya, y Sus elecciones son mejores que las tuyas, pero por supuesto, tú siempre tendrás la prerrogativa de escoger.

Así que tú siempre determinarás el nivel de sociedad cooperativa que vayas a tener.  Y perdonar es un atributo divino que hay que desarrollar y llegar a dominar.  En ese nivel de perdón el olvidar es automático, porque ellos van cogidos de la mano.

Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
Siempre al Servicio de Miguel.