Transmisión de Un Ajustador del Pensamiento – 28 de agosto, 2004.
Este es otro tratado sobre escuchar. Intentaré guiarte dentro de tu ser mas profundo, pero para poder hacer eso, realmente necesitas afilar tus habilidades de escuchar. En realidad, para escuchar necesitas la cabeza y el corazón. El corazón siendo el mas importante ya que los sentimientos y los discernimientos moran allí. Anteriormente hemos hablado de cómo el corazón es la verdadera mente del cuerpo y el cerebro la computadora material, donde las necesarias conexiones se hacen y se deshacen. Hay una gran verdad en las siguientes palabras: ‘Lo que no usas, lo pierdes’, así que las conexiones en el proceso del pensamiento se marchitarán o se morirán debido a la falta de uso. Entonces si uno tiene potencialmente una mente brillante, eso puede incrementar las conexiones considerablemente a través de continuar pensando bien. También es verdad que con pereza en el pensamiento esas potenciales conexiones se vuelven débiles, pero eso rueda al transcurrir del tiempo, por decirlo así, ya que la atención dada a escuchar también disminuye.
La realidad es que mientras mas te vuelves a tu interior, mas se va mejorando al pasar el tiempo la cualidad de escuchar. Lo que importa es el enfoque interior, para que los ruidos exteriores se vuelvan menos intrusos, aun cuando un ruido repentino estalle en el ‘exterior’ ya no te asustarás, porque el hábito de concentración se ha vuelto tan estable que se ha convertido en ti en una ‘segunda naturaleza’. Eso se logra con el tiempo. Como tú bien sabes, has tenido la tendencia de ser disperso en tu pensar; tu mente aparentemente ha sido hecha de mercurio con una tendencia a ‘saltar, brincar, volar’ de tema en tema.
La meditación es una excelente disciplina para calmar a las mentes indisciplinadas e inquietas. Dios ha otorgado muchos dones a los mortales, los cuales todavía yacen durmientes en las mentes y solamente pueden volverse dentro de la verdadera perfección en la eternidad si el mortal escoge la inmortalidad. Eso hace surgir una pregunta: ¿Cómo se hace eso? En realidad es muy simple y al mismo tiempo muy complejo. En dos palabras, uno empieza con una creencia en Dios, el Creador y Defensor de todo. El mortal racionaliza la creencia para darle sentido a la vida.
La fe crece cuando se pone en la práctica y se vuelve viva en las actividades del creyente a través de ejercitar la confianza y la esperanza de un futuro mejor al poner dentro de la práctica el amor del Dador de Amor hacia los otros. La cabeza y el corazón se habrán compenetrado y comenzarán a moverse hacia un mayor balance armonioso y con el tiempo ‘todas las partes calzan como en un fino mecanismo de relojería.’ Habrá armonía en el cuerpo físico ya que el gran sistema central nervioso está bajo la influencia del corazón/cerebro calmado, el cual filtra todas las terminaciones nerviosas, los fluidos, los tejidos, los huesos y todos los órganos del sistema físico. El hombre o mujer se convierte en los pensamientos que tienen.
Por lo tanto, afinen sus habilidades de escuchar por medio de tomar un tiempo en su interior y aprendan a escuchar con atención. Los beneficios acumulados con el tiempo son enormes.
Has encendido una Luz y es Luz se convertirá en un Fuego Deslumbrante—ABC-22.