Transmisión de un Ajustador del Pensamiento – 13 de Septiembre, 2004.
Es mejor cuando no esperas nada y sin embargo tienes la alegre esperanza y confianza en la bondad de Dios. Esa es una fe desarrollándose, creciendo dentro de un conocimiento de que todo está bien; de que Dios es bueno todo el tiempo. Se lleva toda la negatividad de la vida, ya que vivirás con la seguridad de que cualquier cosa que pueda ocurrirte, al final esas cosas saldrán bien, y siempre habrá una luz al final del túnel en el que aparentemente puedas encontrarte. Una positiva perspectiva en la vida siempre atrae situaciones positivas para ti, porque es la energía la que atrae o repela. También así cuando siempre estás inclinado hacia lo negativo o el pesimismo, atraerás entonces la negatividad.
Todo esto es un asunto de escogencia y enteramente dentro de tu propio poder cuando tomas decisiones. Es muy importante estar conscientemente centrado en el presente, porque con frecuencia muchas decisiones importantes se hacen sin pensar en las conscuencias. Pero, aun las malas o las llamadas decisiones equivocadas pueden volverse buenas, así que el resultado, cuando se mire hacia atrás, puede que haya sido la mejor decision, por las lecciones aprendidas y la sabiduría adquirida a través de la experiencia, las cuales no se hubieran podido aprender si hubiera sido de otra manera. Cada camino en la vida ofrece sus propias oportunidades para aprender.
El propósito final de la vida es vivirla lo mejor que puedas dentro de tus habilidades, y la intención honesta es la que cuenta y resuena en la eternidad. Para los mortales generalmente hay una línea sutil en saber la diferencia entre una buena o mala decisión. Depende de la honestidad y la integridad utilizada para obtener esos resultados. No es bueno para el interés del alma si la personalidad escoge y decide tomar ventaja de otra persona, quien puede que no sea tan inteligente como ellos. Todo se reduce a la Regla Dorada: ‘Lo que no deseas que te hagan a ti, no se lo hagas a otros.’ Todos son iguales ante los ojos de Dios y todas las intenciones son sabidas antes de actuar en ellas.
Realmente es un mortal sabio, quien se da cuenta de que él o ella es totalmente responsable por su propia vida. Todo está en la actitud hacia la vida, y la expectación de la misma. La personalidad se hace fuerte a través de la auto disciplina hacia la auto maestría y eso implica vivir una vida consciente en todo momento del diario vivir. El mayor impedimento es el yo, que no ha aprendido o se rehúsa a aprender a volverse hacia dentro y escuchar al Guía Interior, quien sin error alguno te dirige hacia Dios.
Has encendido una Luz y es Luz se convertirá
en un Fuego Deslumbrante—ABC-22.