Transmisión de un Ajustador del Pensamiento – 18 de Septiembre, 2004.
El merecimiento está en el centro del ser. No es un sentimiento con el cual estás familiarizado. Todos los humanos tienen problema con el sentimiento de merecimiento alguna vez en sus vidas. El temor, es la plaga mas común en este planeta. Ese sentimiento de no ser merecedor puede llevar a la depresión y finalmente a un miedo paralizante e incapacitar al mortal a seguir hacia delante en la vida, por estar con miedo. Carga un sentimiento de no ser aceptado y de ser un huérfano cósmico. Esa alienación en el centro del ser puede empezar desde la concepcion cuando una amorosa atmósfera y cierta madurez no está presente entre la joven pareja. Realmente, uno tiene que empezar en la fuente de esta adversidad que da a los humanos un bloque mental y el cual es difícil de superar. El infante experimenta la no-aceptación por uno o ambos padres. Detecta desde muy temprana edad que no es merecedor del amor de ellos, aunque ellos en su propio modo hacen lo mejor que pueden para darle cuidado a la criatura.
Eso ha sido llevado a través de muchas generaciones y especialmente la hembra de la especie humana le han hecho que se sienta inmerecedora. Eso es totalmente inaceptable ante los ojos del Dios Creador Eterno, quien creó a ambos como iguales y fueran un complemento del uno al otro. Se tiene la esperanza de que con el aumento de iluminación espiritual y con el aumento de entendimiento esa plaga de sentirse inmerecedor lentamente se vaya erradicando de los genes de la humanidad. El ADN es el que será alterado con ese crecimiento de entendimiento de que el hombre y la mujer fueron creados en igualdad, que cada uno lleva sus propios atributos, capacidades y potenciales dados por Dios para un compañerismo y ambos deben ser honrados como tales.
Mientras tanto, ¿qué se hace con esos sentimientos de inmerecer? Te aconsejo que pelees con ‘uñas y dientes’ en contra de ese sentimiento de no ser merecedor. Recuerda de quien eres hijo en verdad y de hecho; un hijo del Dios de las Alturas. En los ojos de Dios no importa de donde vengas, solamente importa donde estás hoy y hoy el mejor remedio es buscar consejos del Fragmento de Dios en tu interior, la fuente mas rica de amor incondicional y aceptación. Deja que esos sentimientos de no merecer se evaporen en Su Presencia curativa, porque sentirse inmerecedor demuestra una falta de fe y confianza en el cuidado celestial y es inapropiado para un hijo de Dios.
Flexiona tus músculos de fe y confianza, y reconoce que eres un hijo muy querido y amado con potenciales que todavía no despiertan. Si solamente aceptaras de que Dios te da la vida eterna para que vuelvas todos esos potenciales en verdades, totalmente te sorprenderías en lo que eres capaz de convertirte. Los sentimientos de inmerecer entonces se habrán desvanecido en el pasado distante, para nunca mas presentarse.
Has encendido una Luz y es Luz se convertirá
en un Fuego Deslumbrante—ABC-22.