EU de A, 17 de abril del 2006.
Cristo Miguel.
Tema: Miguel En El Silencio.
Receptor Contribuyente.
Miguel: Estemos en el silencio y escuchemos la verdad. Hoy deseo hablar del silencio.
Este es un mundo que clama actividad. Todos los habitantes de este mundo parecen correr febrilmente de un lugar a otro y de arriba abajo, aparentemente en un movimiento interminable.
Hay con seguridad aquellos que son incapaces de silenciar sus mentes y ellos continuamente buscan ideas sobre la meditación de los gurús de este mundo para simplemente ser capaces de encontrar el silencio. Hoy te puedo ofrecer una idea básica, Mi hermana, en el área del silencio.
Siéntate tranquilamente o recuéstate en un lugar de tu escogencia y no busques en callar los sonidos que llegan del ambiente natural; los sonidos de la naturaleza. Pero silencia los sonidos artificiales hechos por la humanidad. Suspende los ruidos que puedas controlar y simplemente pon tu intención en tu corazón de estar callado en Mi Presencia.
¿Cuán pocos pueden simplemente sentarse en reposo calladamente por solo unos pocos minutos? Y sus mentes corren a sus deberes que ellos estiman ser más importante que aceptar una cariñosa reunión con la Presencia del Dios de ellos mismos unido en reverencia del momento.
Si, calladamente calmando el cuerpo es el primer recurso de acción antes de silenciar la mente. ¿Pero es realmente posible silenciar la mente para un novicio? ¡Realmente no! Porque la mente está indisciplinada. Entonces decimos, tranquiliza el cuerpo con la intención de asociarte con el Yo-Dios, simplemente estar en la Presencia, que sea ese el único propósito en ese tiempo designado. Y luego no busques otro propósito sino el de escuchar, escuchar a la Presencia de ese Alguien a Quien tú buscas.
Ahora déjame preguntarte, ¿Quién está siempre contigo? Tú sabes la respuesta. Entonces con solamente la intención de estar en la Presencia, cada pizca de interferencia en buscar esa Presencia es removida. Esa es la verdad, Mi hermana.
La mente en ese instante con solamente el propósito de calmar el cuerpo para entrar en la Presencia instantáneamente está allí en la Presencia. Ah, si, tú siempre estás en la Presencia, pero cuando se entra concentradamente ese instante es el más bendito y el lugar de esa prevista reunión se convierte en el lugar mas sagrado.
Sonríes, al percibir en tu mente estos pensamientos y te adelantas. Por supuesto, si tú y Yo estamos siempre juntos, ¿podrían todos esos lugares en los cuales estemos juntos ser lugares sagrados? Y si todos Mis hermanos y hermanas podrían simplemente comprender sus verdaderas santidades y todas las santidades de los lugares en donde estamos, ¡qué maravilloso mundo podría ser este mundo!
Soy Miguel, y disfruto mucho de estas palabras de vida que compartimos cada día.
Traducido por Loyda Mira.
© Grupo de Progreso 11:11.
Siempre al Servicio de Miguel.