El Armario

Kannapolis, Carolina del Norte, EU de A, 1 de octubre del 2006.
El Yo Divino (Ajustador del Pensamiento).
Tema: “El Armario.”

Recibido por JoiLin.

El Yo Divino: “Hoy quiero hacer una analogía.  Piensa en tu armario de ropa en relación a tu vida.

“¿Qué tan lleno está tu armario?  ¿Cuántas cosas tienes allí que ya no te sirven por ser quien eres ahora y en lo que te podrías convertir si solamente pudieras?

“¿Sigues guardando ropa que ya no te queda?  ¿Tienes zapatos que ya están tan desgastados que ya no puedes usarlo?  ¿Y ese suéter que te regaló la tía Tilly para Navidad que a ti nunca te gustó?  ¿Y qué de todas esas ‘cosas’ guardadas en la parte de atrás que no han visto la luz del día por . . . cuántos años?

“¿Esos artículos que guardas te reprimen para convertirte en el Embajador de Cristo que te gustaría ser?  Si solamente tuvieras el tiempo.  Si solamente tuvieras el espacio.  ¡Si solamente pudieras verte tú misma con la suficiente nobleza o lo suficientemente buena o—tú llena el espacio en blanco—lo suficiente!

“¿Por qué continuamos agarrándonos de algo que ya no nos sirve?  ¿Será por miedo?  ¿Miedo de convertirnos en . . .?  ¿De volvernos qué?  ¿O darnos cuenta de qué?

“Hay una parte dentro de todos nosotros que anhela ser mas grande de lo que ahora somos en estos momentos.  ¿Qué es lo que hace que no nos volvamos en ese ser más grande?  ¿No es en parte por lo menos, de que tenemos nuestras vidas tan desordenadas; de que estamos muy ocupados a todas horas y días?

“¿Qué pasaría si nos diera el valor de tirar algunas de nuestras ‘cosas’?  ¿Se llenaría ese vacío con nueva energía?  ¿Estaríamos de repente ‘libre de ser Yo mismo’?

“Comprometámonos hoy con nuestros propios seres mas grandes a que vamos a limpiar nuestros armarios, que veremos todo el desorden y que nos vamos a deshacer de ello, vamos a darlo, incluso lo tiraremos a la basura si es que realmente pertenece en ella, hacer lo que tengamos que hacer para limpiar nuestro armario, para abrirnos a la energía de nuestra casa y alivianar nuestra carga emocional.

“Y ahora respira . . . disfruta la libertad de tener tiempo . . . de tener el espacio . . . de darte cuenta de los mas profundos anhelos de tu corazón . . . en el Amor de Dios.”