Queensland, Australia, 8 de Octubre, 2006.
La Brillante Estrella Maturina (Gabriel).
Tema: “Erosionando un Corazón de Piedra.”
(Abreviado)

Recibido por Anne.

Gabriel: “Déjame hablar para que escuches mi voz, porque mi voz lleva la Voluntad y la Palabra de Dios, nuestro Creador.  Sientes el amor tan cerca que casi lo puedes tocar, sin embargo lo desprecias por no reconocer tu porpio valor -- el verdadero amor a tu porpio ser.  Mi niña, de esto es que hablo cuando digo ‘regresa a tu ser’.  Todo lo que se ha dicho acerca del ser, dar al propio ser es parte de la misma idea; pasos hacia el ser, hacia un despertar del ser, hacia un amor del ser.  Mira tu propio valor y deja que fluya sobre ti.

“Siente la roca que te doy como tu corazón.  Nota su peso.  No es con ligereza que se habla de ‘un corazón pesado,’ porque un corazón sin amor hacia el ser es una carga -- un peso tan grande que nadie es capaz de ser completamente libre.

“Deja que las lágrimas fluyan y reconócelas como el agua que puede erosionar tu corazón de piedra y traer amor hacia tu propio ser.  Comprende que en ‘dar tus lágrimas al universo’ tu traes alivio; das libartad a tu ser.  No tomaste en serio las palabras que te di en el pasado, que debes despertar tu propio ser; pasar de estar sin un propio ser a poseer un ser completamente lleno.  Tu eres especial porque eres una hija de Dios.  Esto no es ego.  Esto es amor.

“El autosacrificio que todos hacen por dar de su propio ser a otros solamente pone cargas adicionales sobre el corazón.  No es querer sacrificar el ser, sino dar amor, sin embargo al recoger de el gran océano de amor, como lo haces, no tomas nada para ti.  Dar es recibir, pero debes permitirte a ti misma recibir lo que es dado. Debes reconocer que, con seguridad, todo lo que das a otros puede también ser aplicado a tu propio ser. Comprende que mis palabras son verdad.  Para que seas completamente libre tienes que reconocer que cuando uno da amor, uno merece igualmente ese mismo amor, compasión, alegría y felicidad.  El deseo de liberar a otros es el mismo deseo de tu ser y para tu ser.

“Tu ves el amor de otros por ti.  Tu lo sientes y sientes la alegría que conlleva, sin embargo no te permites conservarlo en tu corazón.  Tu lo regresas al océano y a otros.  No reconoces que mereces mantener y aferrarte internamente a este amor, pues eres ua hija de Dios.  Este es Su amor por ti.  Así como otros te lo dan a ti, ese es el amor de Dios.  El regresar este amor al ‘océano’ es no aceptar el amor de Dios hacia ti a través de otros.”

Nota del receptor: Gabriel también nos indicó que llevásemos una roca (pequeña piedra) en nuestros bolsillos para que nos recuerde que nuestros corazones están pesados y duros por no amarnos a nosotros mismos y sentir el amor que merecemos.

Además: Recordar que asi como el agua puede erosionar la roca, el permitir que nos amen y aceptar que merecemos amor puede también romper la pesadez de nuestros corazones, para que sean ligeros y llenos de amor.

Traducido por Nelson Navas.
© Grupo de Progreso 11:11.
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