Urantia, 30 de Agosto, 2012 (fecha de transcripción).
Maestro: El Amado.
Tema: “Una Lección Acerca del Despertar Planetario”.

Recibido por Lytske.

El Amado: “Esta lección acerca del despertar planetario es de lo más importante. No es que las lecciones anteriores no fuesen importantes, sino que todas fueron lecciones particulares encaminadas a la construcción de esta general. El despertar planetario será el resultado de todas las lecciones anteriores aprendidas, ya que esas lecciones fueron diseñadas con el propósito de vuestro crecimiento en una mayor conciencia de Dios, la meta final. Cuando las lecciones se aprenden, la humanidad puede avanzar en masa de una forma más ordenada y sana. Los celestiales saben que siempre habrá rezagados, quienes no pueden encontrar dentro de sí mismos aquello para tratar de hacer la voluntad del Padre, que simplemente es amar un poco más cada día, para comprender y tolerar a otros un poco más, y de esta manera elevar a todo el planeta.

“Todos los esfuerzos por ofrecer un servicio amoroso y hacer lo que es correcto, benefician a toda la humanidad. Este es el ideal por el cual nos esforzamos en el reino celestial, con la esperanza de que la humanidad hará lo mismo para la mayor gloria del Creador. Esta es la meta última de la evolución, que todas las cosas funcionen juntas para bien. Que la humanidad voluntariamente y deliberadamente deje atrás los asuntos pendencieros e infantiles, y que se haga más madura, que se comporte de una manera más adecuada, tal como corresponde a un hijo del Dios Altísimo. Si ustedes no emplean la autodisciplina como un esfuerzo para llegar a ser perfectos ahora, ¿cuándo empezarán? Es tan simple como mantener bajo control sus tendencias al desacuerdo. Solo ustedes tienen la prerrogativa y privilegio de elegir y hacer que la Voluntad de Dios se manifieste en vuestras vidas.

“He repetido muchas veces cómo se puede y se debe hacer esto, simplemente tratando de honrar la conexión interior con Dios diariamente, para que con el tiempo llegue a ser tan necesario como la comida, y que lo echen de menos cuando se olviden de entrar en la Quietud de vuestros corazones. Nunca hay una razón suficientemente buena para poner su alma en peligro con una dieta de hambre. Por lo general, el alma está desnutrida porque no se le da suficiente atención personal a la alimentación de la vida espiritual, lo que idealmente implica escuchar a la Pequeña y Calmada Voz interior. Por supuesto, puede ser útil aprender de los demás por lo que tienen que decir acerca de esas experiencias, y de hecho pueden ser muy útiles, siempre y cuando esto lleve al reconocimiento de vuestra Guía personal interior. Verán, todos ustedes están facultados a través de este Ajustador de vuestros pensamientos, quien infaliblemente los llevará hacia Dios, para darse cuenta poco a poco de que las muchas creencias que han adoptado, eran las supersticiones de alguien más.

“Siempre es recomendable buscar vuestra propia verdad interior. Una vez que se encuentra esta verdad en vuestro ser, descubrirán que es la misma para todos los demás, pues todos tienen parte de la verdad dentro de sí mismos. Solo el Dios Eterno tiene la verdad completa. Todos ustedes encarnan parte de la verdad y juntos conforman la mayor parte del tejido de la creación. Este es el despertar planetario por el cual nos esforzamos, para que puedan reconocerse entre sí, y de esta manera estén más dispuestos para conocer a sus vecinos en otros planetas, quienes representan una faceta diferente en el tejido de la creación. Atrévanse a pensar más allá de vuestra propia y estrecha caja de pensamientos, más allá de que son los únicos con razón y de que tienen el único camino a Dios. Todos ustedes están en el mismo camino ya que han empaquetado vuestros pensamientos en una caja, y se han limitado a pensar en estas líneas tan estrechas. El Espíritu de lo alto está barriendo el planeta para despertar a todos. Te invito a ser parte de este despertar planetario.”

Traducido por Perla Téllez Garza.

© Grupo de Progreso 11:11.
Trata de salirte de las sombras poco a poco — AP.