Urantia, 10 de agosto del 2004.
Un Maestro llamado “El Amado”
Tema: “Una Lección En Jardinería.”

Recibido por Lytske.

El Amado: “Hoy, vamos a tener una discusión sobre jardines. ¿Jardines?, preguntas tú. ¡Si, Jardines! Mira tu corazón como un jardín. ¿Está rodeado por una cerca, y que tan alta es esa cerca? ¿Es una cerca abierta o sólida? ¿Tiene esa cerca un portón, y ese portón está abierto o cerrado e inaccesible?

“Mira niña, la mayoría de los corazones tienen un vallado alto alrededor de ellos, y no son fáciles de penetrarlos para dejar que entre y salga el amor porque el portón está cerrado. Entonces sale a relucir otra pregunta, ¿Cómo está cuidado ese jardín? Está cultivado o está lleno de malas hierbas, ¿Qué tan tenaces son esas malas hierbas?

“Deja correr tu imaginación y mira con tus ojos de la mente cómo luce tu jardín. ¿Penetra la luz del sol lo suficiente, como pensamientos positivos o está húmedo y frío y oscuro por los pensamientos negativos? ¿Pueden las flores florecer por el amor, cuidado y respeto que le das a tu cuerpo físico y a tus alrededores, o están ellas marchitándose con necesidad de cuidados, debido al amor que obstruyes para ti misma y para otros?

“Jesús dio dos mandamientos: Primero, amar a Dios, segundo, a ti misma y a otros de igual manera. Por supuesto, ahora puedes darte cuenta que no estoy hablando sobre ese amor egoísta y ‘las cosas acumuladas’ que están detrás de ese portón cerrado en tu corazón. No, estoy hablando de ese amor respetable, en el cual honras tu mente y cuerpo por medio de los pensamientos que tengas, por loas actos resultantes, y por la comida que le das al templo corporal en el cual tu espíritu habita.

“El jardín de tu corazón puede ser una profusión de flores en varios colores; una sinfonía de música cuando todo se armoniza, y cuando sacas el fruto del espíritu en una amorosa tolerancia y asistencia hacia todos. Con una actitud de perdón y comprensión, inspirando esperanza y confianza en otros, y siendo una presencia de reconfortante en tiempos de necesidad. Es muy importante ser una isla de paz en este confuso y perplejo mundo, donde hay muchos luchadores buscando el camino a ‘casa’.

“Ocúpate de tu jardín con cuidado, y mira bien que esas tenaces malas hierbas del miedo y enojo, de envidia y celos, de sospecha e intolerancia no echen raíces en tu jardín, porque esas malas hierbas tienden a invadir y estrangular las flores de la verdad, belleza y bondad. Permanece muy vigilante y deja abierto el portón de tu jardín, para que otros puedan encontrar la entrada fácilmente y descansar mientras sus almas estén siendo nutridas por tu presencia. Asimismo tienes que estar alerta por otros jardines que te brinden alegría, porque esos momentos de frescura son los creadores de relaciones amistosas sólidas en el futuro.

“Y recuerda niña, Yo vivo en tu jardín.”

Traducido por Loyda Mira.

© Grupo de Progreso 11:11.
Trata de salirte de las sombras poco a poco — AP.