Oregón, 10 de agosto, 2020
Ajustador del Pensamiento
Asunto: “Las Usurpadas Fanfarronadas del Orgullo”

Mensaje recibido por Anyas

“El orgullo oscurece a Dios. Si quieres obtener la ayuda del cielo, aparta tu orgullo; cualquier indicio de orgullo obstruye la luz salvadora, como si fuera una gran nube.” [LU 131:7.3]

Ajustador del Pensamiento: “¿Cuántas situaciones has encontrado en las que el comportamiento orgulloso – tuyo o de otros – se interpuso en tu camino? El orgullo merece su reputación como un irremediable alborotador. Ha estado conduciendo su ilegítimo negocio, descaradamente, por un muy largo tiempo, sobrepasando los límites de la cortesía considerada. El orgullo es el culpable, tanto en lo planetario como en lo personal, de la agitación que padeces. Vamos a jugar el juego de “¿Qué pasaría si…?”.

¿Qué pasaría si el ego de Lucifer no se hubiera sobre inflado, llevado por un inconmensurable sentido del orgullo? ¿Y si hubiera sido introspectivo y sabiamente hubiera acudido a otros seres iluminados en busca de consejo?

¿Y si Eva hubiera desviado los halagos de aquellos cuyos motivos ulteriores eran tomarla desprevenida, y hacerla caer en desgracia? La adulación es el acto de dar excesivos cumplidos, generalmente para congraciarse con el sujeto, apelando a su sentido de orgullo ilusorio.

¿Qué pasaría si Abel hubiera sido compasivo con su hermano decepcionado, en vez de clavar más profundo la daga en sus heridas emocionales, alardeando, siendo excesivamente orgulloso y jactancioso acerca del hecho de que su ofrenda fue aceptada, mientras que la de Caín fue rechazada?

¿Y si Judas le hubiera confiado humildemente a Jesús la severidad de las batallas emocionales que se libraban dentro de él?

Esos son ejemplos del drama recurrente causado por el aguijón de los comportamientos orgullosos y las violentas reacciones alérgicas que desencadenan. ¿Qué hay de tu vida? Tú puedes indudablemente señalar momentos cruciales, cuando el orgullo cerró de golpe la puerta a una especie de intervención divina, disminuyendo así tu crecimiento personal. Lo que lo hace más difícil de frenar es su elemento sorpresa.

El orgullo ‘oscurece a Dios’, cegando a aquellos a los que supera. Deteriora tu sentido de discernimiento, colocándote en un predicamento de “yo contra ellos” o “yo por sobre ellos”. Te acercas a sus defectos percibidos, mientras que pasas por alto los tuyos (el elefante en la habitación).

Tu mayor prioridad debería ser desmantelar tu orgullo, pieza por pieza, ya que anuncia violentos disturbios emocionales. ¡Qué rápido se alinearía tu mundo con su brillante destino, si sus habitantes se tragaran su orgullo rebelde!”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.

© Grupo de Progreso 11:11.
No importa cuál sea la pregunta, la respuesta siempre es el Amor.

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