Chicago, EU de A, 9 de Septiembre, 2012.
Maestro Proloteo.
Tema: “La Sexualidad y el Respeto de la Personalidad.”
Recibido por Valdir Soares.
Proloteo: “La sexualidad es una fuerza motriz muy poderosa en la naturaleza humana, tal vez solo superada por el instinto de la supervivencia humana. Mientras que el instinto de supervivencia se esfuerza por lograr la continuidad de la vida de la persona, la sexualidad es el motor que garantiza la continuidad de la especie. Ustedes comparten los instintos animales con todas las demás criaturas, a través del ministerio de los primeros cinco de siete espíritus ayudantes de la Espíritu Madre. Sin embargo, solo los seres humanos pueden alcanzar el estatus de personalidad y solo ellos disfrutan del ministerio de los espíritus de la Sabiduría y de la Adoración que dictan el uso racional y moral de todos los instintos animales, entre ellos, el sexual.
“La procreación es la función primaria del sexo, y el placer asociado con este es para garantizar que se practique con frecuencia y asegure la continuidad de las especies. Sin embargo, ya que los humanos son seres personales (no meros animales), la sexualidad no se ejerce únicamente sobre la base de su impulso instintivo, sino que legítimamente puede disfrutarse si se tiene respeto por la personalidad de la pareja. En primer lugar, la propia capacidad para la actividad sexual como un desarrollo natural es el resultado de la madurez física, pero no necesariamente de la madurez de la personalidad, o de la madurez emocional y/o intelectual. Por lo tanto, la sexualidad debe ser una actividad responsable cuando sea practicada por individuos que hayan alcanzado la madurez física y la madurez de su personalidad, para ser capaces de tomar decisiones conscientes y responsables. Aunque los seres humanos normales se vuelven moralmente conscientes al principio de sus vidas (alrededor de los 6 o 7 años de edad), en el aspecto físico o intelectual no son lo suficientemente maduros para hacer elecciones sexuales responsables a una edad tan temprana. Por lo tanto, el ejercicio de la sexualidad no es todavía adecuado para los niños, y por eso, tanto los padres como la sociedad deben protegerlos contra el maltrato y el abuso. Lo mismo se aplica a personas con retraso mental o con desarrollo intelectual lento.
“Mientras que el sexo no es malo en sí mismo, tal como algunas culturas y religiones pueden considerarlo, un malhechor puede utilizarlo como una herramienta. Los seres humanos, como criaturas sexuales, deben disfrutar de su sexualidad con sabiduría; esto es, utilizarla con dignidad y respeto. Es un dicho común en las modernas sociedades de Urantia que está bien la práctica del sexo entre adultos en mutuo acuerdo. Si bien esta es una condición importante que debe cumplirse, nunca es una licencia para ser inmorales, pervertir, o degradar los cuerpos físicos o las costumbres sociales y religiosas. La sexualidad es saludable cuando se ejerce con respeto y dignidad, sin abuso, prejuicio o intolerancia. En la sexualidad, el autocontrol sin duda es necesario, si ha de ser una digna expresión de la personalidad humana.
“Evidentemente, la evolución, el estado de la civilización, la economía, la pobreza, la ignorancia, la depravación, el desarrollo de costumbres religiosas y sociales, complica y muchas veces corrompe las relaciones sexuales entre las personas, ocasionando todo tipo de situaciones confusas e indeseables, tales como la prostitución, la pornografía, la humillación, la promiscuidad, la violación, el abuso de mujeres y niños en el tráfico de humanos, el comercio y muchas otras conductas abyectas y cuestionables. Como regla general, la sexualidad no debe ser obligatoria, ni ser forzada o violenta, sino más bien es para ser disfrutada con el consentimiento de los individuos maduros, sin abusos o libertinaje, con la consideración apropiada de las costumbres sociales y religiosas actuales, además de mostrar un profundo respeto por el estado de la personalidad de los seres humanos.
“Yo soy Proloteo, vuestro siempre disponible maestro y tutor en las Alturas. Paz para ustedes y para todos.”
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
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