Michigan, EU de A, 9 de Junio, 2013.
Maestro Ofelius.
Tema: “Oración de los niños”.
Recibido por Chris.
Ofelius: “La paz me llena. Cada célula de mi cuerpo sabe de tu amor, Padre. Cierro mis ojos y veo con el corazón – tú estás conmigo. En este momento hay nada y todo – mi mente está quieta. Una sensación de alegría absoluta me invade a medida que avanzo y me conecto contigo. Mi mente solo conoce de tu amor incondicional hacia mí, y no tengo nada más que amor y devoción por ti, mi Padre Creador. Unámonos en un solo pensamiento. Lléname de tu luz para que podamos ser uno. Todos mis problemas y preocupaciones me han abandonado. Estoy a salvo, soy amado y apreciado como tu único hijo. Te amo Padre y sé con toda certeza que soy amado por ti.
“Somos Uno, Padre, porque soy una extensión de tu amor en este mundo. Tú me defiendes y sostienes, mientras experimento tu Creación. Juntos funcionamos como una familia. Ahora veo esto tan claramente, Padre, todos tus buenos propósitos. Por tu inconmensurable genio, vives en mí y me permites descubrir, desde el principio, la belleza de tus intenciones. Tú me has permitido la libertad de elegir cualquier camino que me lleve a casa contigo, donde seré recibido como un hijo favorito; todo miedo me ha abandonado, pues no hay nada que pueda separarme de tu vigilancia y cuidado.
“Mi fe y confianza en ti, Padre, están repletas, y acepto tu sabia guía conforme navego en este mundo. Continuamente me muestras el camino hacia el crecimiento y la perfección, para que mi alma pueda llegar a ser grande y sabia. Abre mi corazón Padre, para que pueda llegar a ser como tú y expresar a mis hermanos y hermanas el mismo amor paternal que me das. Ayúdame a perdonar y a comprender su lugar a lo largo del camino, que puede no ser donde estoy yo. Recuérdame esto Padre, y ayúdame a ser un ejemplo para todos, de que yo soy tu hijo, y que te represento en este mundo.
“Coloca un centinela sobre mi boca, para que pueda pausar y dejar que tu espíritu hable antes de yo condenar y juzgar a los demás. Enséñame cómo ser dueño de mí mismo y tener control sobre mis emociones, pues hay fuerza en el consuelo de tu consejo. Cuando hable, permíteme hablar desde el punto más alto del templo y no permitas que ningún daño me mueva de este lugar. Si estás conmigo, ¿quién puede estar contra mí?
“Subo las escaleras que conducen al tejado de mi humanidad y estoy frente a ti Padre, me baña tu gloriosa luz. Es cálida y familiar, tu amor me llena. Levántame y llévame al centro de tu luz, y permíteme un momento de unidad para que pueda saborear la dulzura del hogar. Ansío ese día para estar ‘en los brazos de tu abrazo’ y escuchar con todo mi corazón: ‘Tú eres mi hijo perfeccionado. Bienvenido a casa, amado mío.’ Oh Padre, mis ojos se llenan de lágrimas cuando pienso en ese momento, pues ese pensamiento me conduce a través de los abismos del miedo y me asegura mi lugar en tu casa. Siento la gravedad de tu amor atrayéndome hacia adentro, y cuando dejo de resistirme, me muevo libremente hacia ti.
“YO SOY Amor, YO SOY Luz, Nosotros somos Uno.
“Paz para ustedes,
“El Círculo de Siete.”
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
“El dar de uno mismo, la iluminación de la verdad, y el alivio del sufrimiento
son los caminos más nobles hacia la conciencia superior.” — Maestro Ofelius, 2009.