Distrito de Illawarra, Australia, 7 de abril, 2020.
Maestro: El Profeta Ezequiel.
Tema: “Los Pecados de los Padres – 3.”

Mensaje recibido por George Barnard.

Ezequiel: “Yo Soy Ezequiel, hijo del hombre e hijo de Dios, y también descendiente de un hombre honorable llamado Buzzi (hechizo), mi padre, un miembro de una tribu antigua que ‘mantuvo vivo al Dios de todos en las mentes mortales’. Les hablo nuevamente acerca de los ‘pecados de los padres’, como lo hice anteriormente. ¿Quiénes son esas criaturas a las que no has notado en tu larga y ocupada vida? Y te pregunto, ¿por qué has estado evitándome, evitando a aquellos que envié a ti, y aquí estamos, mucho mas cerca del día del desastre, o más bien, podríamos decir la noche del desastre?

George: “No estaba preparado. Me has pedido que haga algo a lo que no estoy acostumbrado. Y, además, tú eres del tipo obstinado e impaciente, incluso ahora, creo que no dudas en hacerme responsible de tus acciones. Ya hemos despertado a los que están planeando la conflagración de todo Damasco, pero continúa, viejo amigo.”

Ezequiel: “Te pido que comprendas la expresión ‘los pecados de los padres’. Es una expresión colectiva para todo lo que haya salido mal, y todavía es así en nuestro amado planeta, aunque no se haya escuchado jamás en los mundos normales. Respecto a mi queja, ciertamente se dirige a aquellos que se sienten superiores a los demás. Si, aquellos que se consideran a si mismos, por nacimiento o por lealtad, especiales a los ojos del Todopoderoso e infinito Dios y Maestro. Si, aquellos que falsamente esperan ser elevados para estar cerca del trono de su Dios y Protector. Ciertamente, aquellos que están preparados para mentir, hacer trampa y robar a Sus verdaderos servidores favorecidos para reclamar una falsa posición de privilegio a su Dios.

Por esto les digo:
“Que Dios no lo quiera … No pueden bombardear a Damasco.
Que Dios no lo quiera … No pueden lastimar a Damasco.
Que Dios no lo quiera … No pueden destruir a Damasco, porque si lo hacen, una locura colectiva se apoderará de ustedes y el número de vuestros ciudadanos se reducirá drásticamente.


“Confía en ti mismo, mi amigo y mensajero, que tu mensaje alcanzará a todos aquellos que se consideran tan importantes que se permiten dictaminar la vida o la muerte de decenas de miles como si no fuesen más que animales sin almas. ¿Cuanto llorarán y se lamentarán por sus almas otorgadas por Dios, por no haber cuidado de sus semejantes entre todas las naciones, negros, blancos, rojos, amarillos y morenos.

“Esperando ver a nuestro mundo avanzar a la edad de Luz y Vida desde hace tiempo (1945/1946), contuvimos confiados el aliento solo para desscubrir que la ambición por la tierra y las posesiones obstaculizaron y demoraron los planes de las Alturas. Ahora deseemos y oremos para que ganemos el privilegio de ver la llegada del Hijo Magisterial, por lo menos, y que una nueva Era de Promesa comience a medida que la pandemia sea derrotada en nuestro precioso mundo.

“Yo soy Ezequiel, el Profeta de Dios.”

Traducido por Nelson Navas.

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