Urantia, 10 de agosto, 2006.
Maestro: El Amado.
Asunto: “Perdona y Olvida”.
Mensaje recibido por Lytske.
El Amado: “Los malentendidos son propensos a surgir en las relaciones humanas. La razón de esto es siempre una falta de amor, y el limitado punto de vista de ambas partes; porque nadie comprende completamente las alegrías y tristezas; los planes y los ideales, en el corazón del otro.
Las palabras pueden ser bienintencionadas para una persona, y denigrantes y destructivas para la otra. Es por prueba y error que la comprensión humana crece, y las perspectivas llegan, conduciendo a la sabiduría.
Vuestro Maestro Jesús nunca se cansó de decir: ‘Perdona y Olvida’. Entonces, ¿puedo recordarte que mientras no olvides no ha sido perdonado? Por lo tanto, no son siete veces, sino setenta veces siete; ad-infinitum; y hasta que esté totalmente olvidado.
Recuerda cómo Jesús, mientras colgaba en la cruz, dijo “Padre perdónalos, porque ellos no saben lo que hacen” Tal gran amor y piedad Él tenía por Sus hijos mortales, espiritualmente ciegos que no aceptaron Su sencillo mensaje: que Dios es un Dios de Amor. Sin darse cuenta, en su locura, infligieron en Él su injusto y cruel castigo, clavando al más amado Creador del universo a un pedazo de madera. En Su agonía, Jesús todavía oró por ellos. Desde entonces, vuestro mundo es conocido a través de toda la creación como ‘El Mundo de la Cruz’.
Esto, Mis amados, es el punto de entendimiento por el que deseo que se esfuercen. Cuando alguien, sin darse cuenta te aflige, elévate hacia un grado espiritual mayor de comprensión de los demás. Y reza incluso por aquellos que te utilizan rencorosamente.
Tu trabajo es crecer en gracia, con amor hacia todos. Vuestro Maestro Hijo es vuestro ejemplo en todo esto. Es verdaderamente lamentable que ellos hayan hecho de este sórdido asunto un grandioso espectáculo; del momento que Él era totalmente inocente de cualquier fechoría. Ellos hicieron todo esto sin ningún juicio o defensa. Luego, con el tiempo, el mayor error se cometió cuando lo hicieron pasar a Él como ofrenda por todos nuestros pecados; lo cual es el fundamento de la iglesia que lleva Su Nombre.
Es en la resurrección, donde reside Su triunfo más grande: la promesa y prueba de que la vida continúa luego de la muerte de los ‘mortales’. Yo deseo que se detengan en esto, en lugar de en Su muerte inhumana.
Él, de hecho, tuvo el poder de entregar Su vida, y recuperarla nuevamente.”
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
© Grupo de Progreso 11:11.
Yo Soy la Satisfacción de Tu Alma – El Amado.