Urantia, 4 de septiembre, 2006.
Maestro: El Amado.
Asunto: “Por Su Infinito Amor Devoto.”
Mensaje recibido por Lytske.
El Amado: “Reflexionemos sobre la palabra ‘obediencia’. Rendir obediencia a la voluntad de Dios requiere fe en Dios. Se requiere fe en la bondad de Dios. Fe en la inmutabilidad de Dios, el amor de Dios, y confianza y fe en tu condición de hijo/a de Dios.
El Creador infinito es primero y principal un Padre amoroso para Su miríada de criaturas. Él no exige obediencia de Sus hijos, sino más bien, Él espera que esto sea dado libremente.
Un feliz y bien adaptado padre humano podría esperar también que sus hijos respetaran sus deseos, de modo que, en su sabiduría, los da a conocer sabiendo que son por el bienestar de toda su familia; porque si un miembro de la familia comete un error, la familia entera puede sufrir.
Este es el ejemplo que el Padre celestial da ante Sus hijos. Él nunca coacciona mediante amenazas para llamar a Sus hijos a la obediencia. Más bien, en Su todopoderosa sabiduría, traerá de vuelta a Su hijo equivocado al redil de Su infinito, devoto amor.
Por supuesto, un hijo que no está dispuesto a escuchar, tarde o temprano sufrirá las consecuencias de su comportamiento. Cuando él o ella, consecuentemente, se sienta en desarmonía consigo mismo y su entorno, a causa de ‘no sentirse bien’, tarde o temprano se arrepentirá para, una vez más, sentirse como un miembro aceptado de la familia, y ya no querrá vivir más en el fango de los caminos errantes.
El Padre espera que tarde o temprano Su hijo regrese; y cuando él/ella reconoce que verdaderamente tiene un Padre amoroso en el Cielo, y experimenta el amor incondicional del único Dios, su fe es reforzada en la bondad de Dios, y hará todo lo posible para obedecer las leyes de Dios.
Por lo tanto, la obediencia se convierte en un acto desinteresado de gozo, debido a la seguridad que tiene el hijo de pertenecer al Reino de los Cielos.”
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
© Grupo de Progreso 11:11.
Yo Soy la Satisfacción de Tu Alma – El Amado.