Distrito de Illawarra, Australia, 4 de noviembre de 2014.
El Escriba de Damasco.
Tema: “Las mujeres y los hombres apóstoles” (mensaje acortado).

Recibido por George Barnard.

El Escriba: “Soy yo, vuestro amigo, el Escriba. Me hace bien hablar contigo, sí, me anima porque eres un verdadero amigo que sabe que cada uno somos de gran valor ante los ojos de nuestro Padre Creador, yo habiendo llegado, al menos hasta ahora, a la meta de mi carrera, y tú apenas habiendo comenzado tu viaje eterno.”

George: “Realmente nunca tienes una lección muy pesada para mí. Siempre es una plática. Debes ser un Amigo antes de ser un Maestro.”

El Escriba: “Cierto. En estos difíciles tiempos en vuestro mundo, sería apropiado que habláramos de los esfuerzos grupales, a diferencia de las labores individuales. El hecho de que tú y tus compañeros de viaje funcionen como un grupo con una meta en común –difundir mensajes de valor–, trae como resultado que vuestro trabajo pueda llegar a muchos hogares. Así mismo, ya que los mensajes provienen de diversos receptores (11:11), han atraido a numerosos suscriptores adicionales hindúes, budistas, musulmanes y judíos. Están logrando vuestro cometido exitosamente.

“Por lo general, es menos exitoso aventurarse solo en cualquier empresa –ser individual en estos esfuerzos–, pues existen riesgos que a menudo se pasan por alto. Como individuo, puede enfrentarse el asunto del orgullo, e incluso del falso orgullo. Como miembro de un grupo de trabajo, existe una constante interacción, y mucho más allá de lo que casi cualquiera podría calcular, esto edifica el carácter y el alma. Es muy frecuente que un individuo se guíe por el dinero o el prestigio, mientras que un grupo puede mantener enfocados en las tareas a los miembros con esa inclinación.

“Como grupo, las apóstoles mujeres de Jesús siempre fueron muy exitosas al colocarse firmemente ellas mismas, y entre sí, en un camino hacia la perfección, a través de sus enseñanzas y sus atenciones entre unas y otras, y por supuesto, por sus cuidados para con los enfermos y oprimidos de su mundo. Recuerda que en aquellos tiempos las mujeres eran consideradas como ciudadanas de segunda clase por la población en general y especialmente por los sacerdotes, quienes les cobraban impuestos sin descanso, pero estas damas apóstoles progresaron grandemente. Dicho sea de paso, la consideración para las mujeres todavía podría mejorar en vuestra sociedad.

“Aunque las incontables religiones Cristianas de la actualidad deben su longevidad a los apóstoles varones, hay dos aspectos principales que deben considerarse. Habría sido casi imposible que un grupo femenino continuara, que encontrara nuevos miembros, o incluso que su existencia fuera recordada. No es de asombrar que los varones hayan sido más exitosos, divididos como lo estaban, para permitir que sobreviviera su mensaje acerca de Jesús. La mayor parte de este sufrió alteraciones para adaptarse a las antiguas religiones de aquella época. Las palabras de Jesús acerca de un Padre Creador amoroso y de un Dios interior, casi se perdieron.

“El Cristianismo de hoy en día sigue siendo un adecuado punto de partida para las enseñanzas más detalladas de los Documentos de Urantia/Tiempo de la Corrección. Por último, si el Maestro se hubiera ocultado para prolongar su estancia en Urantia, lo cierto es que más de Sus apóstoles hubieran tenido una muerte rápida, arriesgando con ello las vitales enseñanzas de Jesús. Eso, mis curiosos amigos, era una posibilidad conocida, un resultado claramente previsto y una inminente realidad futura. Únicamente en el sentido de que Él necesitaba mantener a Sus apóstoles y estudiantes a salvo por un tiempo, Su muerte fue un sacrificio.

“El logro grupal es la esencia misma de los asuntos universales. Parto ahora, pero les dejo mi amor. Soy el Escriba de Damasco.”

Nota del receptor: Cuando conocí por primera vez al Escriba, lo “vi” como un hombre anciano y amable, quien alguna vez escribió jeroglíficos en rollos de papiro y quien habría estado bastante perdido en el siglo 21. Sin embargo, este ser celestial sin pretensiones no es otro que el ahora expersonalizado Ajustador del Pensamiento de Josué ben José cuando estuvo en esta tierra, y de Maquiaventa Melquizedek cuando residió aquí en la época de Abraham. El Escriba de Damasco viene de Dios. Él es Dios. Él es Amor. Algunos Lo llaman El Señor Sananda.

Traducido por Perla Téllez Garza.

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