Ver para creer
Desde el escritorio de George Barnard – 12 de Agosto, 2013.

Hace más de 40 años, mi colega Tamara Chelsey y yo enseñamos el curso de Construcción Akáshica a decenas y decenas de personas. Algunos de estos individuos eran pacientes míos de hipnoterapia, la mayoría eran pacientes de Tamara y varios estudiantes de arte.

Durante algunos años enseñamos esta técnica de visualización para una amplia gama de propósitos, tal como para crear mejor arte, para la solución de problemas difíciles, para una carrera, para la curación de los pacientes y para conocer a los Maestros de uno mismo. Fue interesante observar que aquellos que particularmente declararon que deseaban ser sanadores, se reunieron con sus Maestros en la primera o segunda sesión. Sorprendentemente, ese grupo incluyó a una joven que estaba totalmente ciega y que podía tocar a su Guía.

Este pequeño e impaciente castor no solo aprendió a escuchar a su Espíritu Guardián, sino que podía sentirlo si él se acercaba. Casi todos los estudiantes aprendieron a ver a sus pacientes y a los Guías Espirituales. A Tamara nunca se le ocurriría, ni a mí, que cualquiera en este mundo fuera incapaz de percibir a distancia, ya sea a sus pacientes o a sus Guías, pero en ocasiones eso es lo que sucedía. La mayoría de nuestros estudiantes pudieron presenciar los acontecimientos a medio mundo de distancia.

Tal vez esto se deba a que nuestras actitudes inculcaron la creencia de que estas cosas podían lograrse simplemente cerrando los ojos y haciendo unas cuantas respiraciones profundas. Si es así, funcionó para el noventa por ciento o más de los estudiantes. Por mi parte fue un regalo que ‘corría en la familia’. Mi abuelo podía ‘ver’ corrientes subterráneas, mi madre podía ‘localizar’ niños perdidos al meditar. Y uno de mis jovencitos describe claramente a su Compañeros de Juegos Espiritual.

‘Cree en que imaginas que imaginas que imaginas’, solía decir Tamara Chelsey, ‘y deja que tu imaginación se convierta en realidad. No en tu cabeza, sino en tu alma; no en su mente, sino en tu corazón. Como un sueño, pero mientras que estás despierto. No es una ilusión, sino la verdad tal como verás’. Para algunos de nosotros es natural ‘ver más allá del velo, pero otros pueden aprender cuando hay paciencia, creencia, una petición en oración, las mejores intenciones, un plan para hacer bien a los demás, y amor.

Y este es tan solo un breve pensamiento de George Barnard.

Traducido por Perla Téllez Garza.

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Todos somos uno en nuestra Raíz Espiritual de origen — ABC-22, 1972.

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