Alabama, EU de A, 29 de Marzo, 2011.
Cristo Miguel.
Tema: “Acerca de vivir la voluntad de Dios”
Recibido por Oscar.
Cristo Miguel: “Siempre estoy contigo. El Ajustador y tu Padre Creador del universo trabajan en armonía completa, pues a final de cuentas servimos al mismo Maestro y su voluntad es siempre única, inequívoca y clara. No es importante si me percibes como Jesús o como el Padre, pues si has hablado conmigo has hablado con mi Padre.
“Estás comprendiendo mejor como ha sido mi revelación de Dios para mis hijos en este Universo. Mi propósito no era ‘hablar de Dios’ ni traer las ‘buenas nuevas’ de la salvación. Mi meta era vivir esta vida como una representación – un reflejo de Dios – para que al estudiar mi vida mis hijos vean y conozcan literalmente al Padre que habita en ellos. Cuando piensas en mi capacidad para amar a mis semejantes, en la manera como serví con amor a mis hermanos y hermanas, y la actitud de nobleza y bondad que me atribuyes, que has descubierto y que admiras en mi, simplemente estás viendo y conociendo al Padre. Somos uno.
“Ahora cuando hablas con tu Ajustador – al Padre mismo – lo puedes comprender personalmente al compararlo conmigo. Antes de que yo viniese a este mundo el hombre realmente no podía comprender a Dios y el amor del hombre estaba limitado por esta ignorancia. Después de mi visita, el hombre ha podido visualizar a Dios y comprenderlo mejor, haciéndolo mas personal, mas accesible y creando en la mente humana la idea de que una relación con este Dios tan aparentemente alejado, superior y divino, es posible.
“¿Podrías hacer tu lo mismo por tus semejantes? Todos los seres humanos pueden representar a Dios si se dejan guiar por su Ajustador. En términos simples, si dejas que el Ajustador, quien expresa solamente la voluntad de Dios, dirija tus pasos, ¿no estarás actuando como lo haría Dios mismo si estuviese en tus zapatos? Vivir la voluntad de Dios es parecerse a Dios y es revelar a Dios a todos los que tengan la fortuna de encontrar un alma consagrada a este noble propósito.
“El volverse como Dios implica un conocimiento mayor del Padre y una relación con Él cada vez mas profunda – una experiencia que jamás termina en la eternidad. El único precio para esta transformación suprema de valor eterno es simplemente aprender a escuchar y comprender su voluntad, que es siempre el camino con mas amor, mas verdad, belleza y bondad”.
© Grupo de Progreso 11:11.
Todos somos uno en nuestra Raíz Espiritual de origen — ABC-22, 1972.