Distrito de Illawarra, Australia, 8 de Octubre, 2013 (fecha de transcripción).
Maestro Aarón de Urantia.
Tema: “Desprecio, críticas e iluminación.”
Recibido por Elaine.
Aarón: “Desprecio. Suena dura esta palabra, incluso sin considerar el significado que se le atribuye. El desprecio y la crítica suelen acompañar a la persona que no tiene conocimiento completo de una situación, o de acontecimientos que conducen a una experiencia espiritual, tal como el evento de la iluminación en cuestión. ¿Puedes culpar a alguien si la experiencia no está en el ámbito de su comprensión espiritual en este momento? Tú misma, en algún momento despreciaste y criticaste precisamente a las mismas personas y experiencias que ahora aprecias tanto. ¿Qué cambió? ¿Fue algo dentro de ti o fue una cadena de acontecimientos externos lo que causó una reflexión más profunda, un nuevo análisis de lo que considerabas posible, válido y verdadero? En realidad, se trata de una combinación de ambos, una evaluación interna de una experiencia externa.
“Momento a momento, sin falta, al lado de vuestro Fragmento del Creador, trabajamos incansablemente para animarlos a tomar nuevas vías de pensamiento edificador. Estos esfuerzos a menudo pasan completamente desapercibidos, aunque los resultados pueden verse y también sentirse en los reinos angélicos. Sin embargo, a veces nos vemos obstaculizados por los acontecimientos en vuestras vidas mortales, que pueden silenciar o distorsionar nuestras suaves señales. Vuestras experiencias de vida, estos eventos materiales, dan forma e incluso dirigen vuestros pensamientos más espirituales, pues están predispuestos a creer en la verdad de vuestras experiencias personales. ¿Qué hay de las experiencias de vuestros prójimos, experiencias que pueden ser completamente diferentes a las vuestras, aunque el efecto resultante no traiga consigo los mismos Regalos del Espíritu? ¿Uno está bien y el otro está mal? No, todos están en lo correcto, ya que siguen su propio sentido de la verdad, el amar a Dios y la plenitud espiritual.
“¿Cómo puede ser esto posible?, preguntas. Es fácil cuando se observa desde la perspectiva del Padre Creador. Dios se encuentra con cada uno de ustedes en vuestro propio nivel personal, siempre, y el Creador se deleita en gran manera cuando Sus hijos piensan en Él y le invitan a sus pensamientos y actividades diarias. Tú, mi querido encargo, tienes tu propia y única visión de esto, a diferencia de tu esposo, tu madre, tus hermanos, y de hecho, a diferencia de cualquier ser en los lejanos universos, pues cada uno de los hijos de Dios está dotado de una personalidad propia. Lo que cosechas con tus experiencias, no solo aquí, en esta carne mortal, sino durante toda la eternidad, es un regalo para Dios hecho aún más aromático cuando es ofrecido con pre-conocimiento, propósito y amor.
“Tienes una comprensión de estas cosas, pero aun así permites que mentes estrechas perturben tu paso. Haces una pausa y te preguntas ¿por qué? ¿Por qué yo, cuando lo único que deseo hacer es ayudar, amar, ofrecer una mano en señal de amistad y aliento? Mira más allá de las palabras que escuchas o de la pantalla en la computadora. Mira más de cerca con un corazón lleno de compasión y perdón hacia aquellos que solo están juzgando desde sus propias perspectivas, así como lo haces tú. A medida que te colocas a ti misma en este nuevo campo de comprensión, mira hacia dentro. Mira tu propia manera de ser y nota las similitudes con aquellos que desprecian – la forma en que tú misma dañas y haces que otros pierdan su paso en el camino hacia la plenitud espiritual.
“Muy a menudo, lo que observas con consternación en otros puede encontrarse escondido en tu propio armamento de comportamientos. ¿Cómo hablarás y actuarás para con los demás a medida que transiten por los caminos de la búsqueda Espiritual? ¡Con amor, querida hija, siempre con amor! Encuentra la belleza en el glorioso regalo de la vida. Porque donde está la belleza, hay Amor, y donde hay Amor, la Verdad también se puede encontrar.”
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
“Medimos y marcamos tu crecimiento espiritual en la pared de la eternidad” — Guardián del Destino, Alverana.