Alberta, Canadá, Junio 22, 2014.
Tesoros de Prometeo - XIV.
Tema: “Cultivando el bienestar – Parte II – Enseñando el Principio de la Hermandad.”
Recibido por Renée.
Maestro Prometeo: “Ya que los seres humanos necesitan estar conscientes de sus necesidades básicas de supervivencia, es de crítica importancia que comiencen a educar a los niños desde muy temprana edad –tan pronto como el niño muestre tener conciencia de los demás, incluso a partir de la edad de dieciocho meses, y en algunos casos incluso antes– acerca de las necesidades de los demás. Estos incluyen a otros miembros de la familia y a los amigos que visitan e interactúan con la familia, así como a los vecinos y a los cuidadores profesionales.
“Toda moralidad se basa en la conciencia de la necesidad de respetar, defender y honrar las necesidades fundamentales de los demás, debido a la verdad del siguiente hecho: Todos son hijos de la Primera Fuente Creadora. Esto significa que el concepto de un Padre Divino es esencial para la moralidad, la salud social y la progresión tanto del individuo como de las sociedades, naciones y asociaciones. Este reconocimiento conduce al ejercicio pleno de la responsabilidad como hijos de nuestro Creador. Aceptar la pertenencia a la Familia espiritual de Dios trae consigo una conciencia de la necesidad de cooperar entre unos y otros, en forma inteligente y amorosa, para co-crear con la ayuda de fuerzas y personalidades Espirituales reales –una cultura planetaria de Luz y Vida.
“‘Mostrador del camino’ es un término que merece ser cuidadosamente considerado y enfatizado en una sociedad para subrayar y recordar a todos los miembros que, sin importar su etapa personal de desarrollo de la personalidad, estatus o estación, tienen la prioridad moral y la obligación de predicar con el ejemplo y la demostración, un comportamiento de Amor Fraternal y consideración. Esta obligación moral se aplica a los padres, hermanos, maestros, mentores, amigos, vecinos y proveedores de servicios, líderes en educación, gobierno, negocios y comunidades espirituales.
“Debe enseñarse con el ejemplo a los miembros individuales de una sociedad, que se espera que toda persona con cualquier oportunidad de interactuar con un niño exhiba el más noble porte de la excelencia en el comportamiento responsable ético, moral y espiritual. Los más altos códigos de valores de conducta y servicio amoroso de una sociedad sostenible, deben ser activamente practicados por todos sus miembros. Debe tenerse un cuidado excepcional al enseñar a cada miembro que este juega un papel en la crianza de niños viables, sanos, plenamente funcionales, emocionalmente equilibrados y moralmente capaces.
“Este ideal de comportamiento puede parecer difícil de lograr, prácticamente imposible de alcanzar y de enormes propociones. La importancia de desempeñar el mejor comportamiento en el servicio amoroso y desinteresado, el respeto a la igualdad y la conducta responsable para con los niños, no puede ser subestimada. Cada persona puede reconocer el impacto potencial y la influencia real con la que está dotada, por su estatus de personalidad con libre albedrío. Sus elecciones personales honrarán a la Guía Divina para servir como amorosos mostradores del camino, o rechazarán la oportunidad de enseñar a un niño de la forma en que Cristo lo hacía, o causarán confusión y promoverán conflictos en la mente de un niño a través de ejemplos de comportamiento egoísta, deshonesto, falto de amor, injusto o moralmente corrupto.
“La hermandad no solo debe verse como un elevado concepto basado en la ética derivada intelectualmente, sino como una forma viva y vital, respirable, para relacionarse con todos los semejantes. Ciertamente esto se extiende a todos los demás seres humanos nacidos en las esferas vecinas del espacio-tiempo, a todas las órdenes de seres individuales creados que se están personalizando, perfeccionando y ministrando, a todas las razas evolutivas y a las especies moradas por Espíritus.
“Somos Prometeo y amigos.”
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
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