Ella necesitaba apoyo, todavía lo necesita,
y la Mesa de Masaje Robot.
Desde el escritorio de George Barnard – 15 de Enero, 2014.
No hay nada más natural en la curación que el arte del Reiki. De eso estoy convencido, porque desde que era un niño he usado mis manos para ‘tocar y aliviar’ a varias mascotas enfermas, y en los años siguientes las usé en niños y pacientes. En la mayoría de los casos, estos pacientes se encontraban a kilómetros de distancia, o a medio mundo de distancia.
La paciente posmenopáusica a ser sanada había sido recientemente operada de su espalda baja. Había sufrido durante casi toda su vida de severos dolores de espalda, y se suponía que esto la mejoraría. No fue así. A algunos otros en nuestro grupo de sanación 11:11 también se les había informado de las necesidades de la dama para una completa sanación a distancia.
Decidí traerla a mi Taller Akáshico, pero cuando miré mi mesa de masaje, había ahí una delgada muchacha en sus veintes. Bueno, supuse, tal vez esta joven lo necesite más. Es bastante inusual, muy raro en realidad, que un paciente salte la fila, pero a veces ocurre. Tal vez esta era mi paciente, pero a una más joven edad.
Inspeccioné la zona de su espalda baja, donde habría tenido lugar la operación. No había ninguna marca, punto o grapa visible. Puse mi mano derecha sobre la parte baja de su espalda, y mi mano se calentó y saltaron chispas de esta. Miré su cuello. Parecía más bien artrítico. Toda su columna vertebral podría necesitar un buen trabajo, en realidad.
Sentí que si esta era mi paciente a una edad más joven, todavía debería trabajar en la parte baja de su espalda, pero para mi sorpresa, mientras extendía mi mano sobre su cuerpo, mi mesa de masaje comenzó a rodar hacia atrás y adelante, y las chispas siguieron volando desde la base de su columna hasta la parte superior de su cuello. No había necesidad de que yo me moviera, la mesa de masaje ‘sabía’ qué hacer.
Al día siguiente llamé por teléfono a una colega para contarle acerca de la mesa de masaje del Constructo Akáshico convertida en una camilla inteligente ‘con voluntad propia’, y de cómo las dolorosas chispas habían calentado mi mano. Me dijo que la espalda de la dama llegó a doler tanto porque a la edad de 23 necesitó apoyo emocional, y no pudo encontrarlo.
Es en la curación de vuestro semejante hombre/mujer, donde y cuando trabajarán más de cerca con el Espíritu de Dios que mora en ustedes. Estoy seguro de que el Reiki es un don, pero sin duda también puede aprenderse. Cuando entran al Constructo Akáshico, el pasado se da la mano con el futuro.
Y esta es solo una pequeña reflexión de George Barnard.
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
Todos somos uno en nuestra raíz espiritual de origen — ABC-22, Enero 1972.