Michigan, EE.UU., 3 de agosto de 2014.
Maestro Ofelius.
Tema: “El proceso de construcción del alma – Parte Dos”.
Recibido por Chris.
Maestro Ofelius: “Continuando con nuestra discusión acerca del proceso de construcción del alma, ahora veremos los roles de los tres procesadores del alma: la mente, el corazón y el Ajustador del Pensamiento (AP). Cada uno de ellos juega un papel importante para determinar cuáles experiencias, significados y valores serán cosechados para la construcción del alma y la supervivencia eterna. El orden en que se enlistan aquí estos tres procesadores es secuencial, de acuerdo al orden en que se procesan todas las experiencias, desde el aspecto físico de la conciencia humana (el cerebro y los cinco sentidos), el centro emocional (el corazón), y el operador espiritual (el AP). Los tres son necesarios y todos ellos trabajan juntos de acuerdo a las prerrogativas de libre albedrío establecidas por el Padre Universal, lo cual garantiza una cosecha de experiencias relativamente independientes y diversas.
“La mente, el corazón y el AP pueden ser imaginados como los tres poderes de un gobierno democrático: el poder legislativo (mente), el poder ejecutivo (corazón) y el poder judicial (AP). Para construir un alma saludable y robusta, los tres deben funcionar juntos y comunicarse lateralmente enviándose retroalimentación para obtener sabiduría, aunque para muchos, el poder ejecutivo a menudo puede pasar por alto al poder judicial con una orden ejecutiva y tomar decisiones que no necesariamente tienen valor de supervivencia. La capacidad de un gobierno para servir al bien mayor de su circunscripción, está determinada por la calidad de los miembros de los poderes legislativo y ejecutivo; el poder judicial solo contiene a un miembro (el AP) y Él tiene la autoridad soberana de lo que llega hasta el alma.
“Hay un sistema bipartidista que trabaja en los dos primeros poderes: aquellos miembros (pensamientos humanos) que están más alineados con el miedo, y aquellos que están más alineados con el amor humano (amor condicional); y el AP opera exclusivamente con el Amor Divino (amor incondicional). Existe un constante debate entre estos miembros partidistas que no siempre sirven al mayor bien del alma; sin embargo, el debate es esencial para el funcionamiento del libre albedrío. El poder judicial (AP) no tiene autoridad en lo que los otros dos poderes hagan o en las experiencias que tengan; sin embargo, el AP expresará su opinión en ciertos asuntos, que los poderes ejecutivo y legislativo podrán considerar o ignorar por completo.
“El poder legislativo (la mente) busca y trae experiencias de vida a través de los sentidos, y los presenta al poder ejecutivo (el corazón) para tomar una decisión acerca de si seguirán el curso actual de la acción o elegirán otra basada en la sabiduría obtenida por los acontecimientos pasados. Si la mayoría de sus miembros pertenecen al Partido del Miedo, entonces será más probable que las decisiones del poder ejecutivo (corazón) estén subordinadas al ego, que las experiencias sean discordantes y que probablemente no pasen a través del poder judicial. Si hay un mayor dominio del Partido del Amor, las decisiones del corazón serán más propensas a ceder en favor del amor, la misericordia y la compasión, y las experiencias serán más propensas a pasar a través del poder judicial y hacia el alma. El poder judicial (AP) comparará las experiencias a la luz, de acuerdo a la prioridad establecida por el Padre Universal, con los criterios de Verdad, Belleza y Bondad (la constitución).
“Las operaciones de los tres procesadores del alma son más complicadas de lo que sugiere esta comparación, sin embargo, esto pretende estimular vuestros propios pensamientos acerca de cómo se procesan las experiencias. En la Parte Tres (3) de esta serie, veremos las experiencias mismas y el valor práctico que proporcionan al alma sobreviviente.
“Paz para ustedes,
“El Círculo de Siete.”
Traducido por Perla Téllez Garza.
© Grupo de Progreso 11:11.
“El dar de uno mismo, la iluminación de la verdad, y el alivio del sufrimiento
son los caminos más nobles hacia la conciencia superior.” — Maestro Ofelius, 2009.